De acuerdo con las conclusiones de un estudio realizado por investigadores del Departamento de Nutrición Humana de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), y publicado en el último número de la revista Journal of the Science of Food and Agriculture, órgano oficial de la Sociedad de Química Industrial (SCI), no existen razones científicas para sostener que la comida orgánica es mejor que aquella que ha crecido con pesticidas y productos químicos.

 

Para llevar a cabo este trabajo diseñado para observar la retención de minerales y otros elementos, varios animales ingirieron una dieta a base de cosechas producidas con tres métodos distintos de cultivo en dos estaciones. En concreto, los expertos analizaron el consumo de zanahorias, col, guisantes, manzanas y patatas cultivados, bien en tierra con poca cantidad de estiércol, bien en estiércol con pesticidas, bien en una combinación de tierra con fertilizantes minerales y pesticidas.

 

Tras la cosecha, los resultados no mostraron la existencia de diferencias en los niveles de contenido mineral, ni en la fruta ni en los vegetales. Una ausencia de diferencias que, asimismo, también se observó en las heces de los animales alimentados durante dos años con las cosechas cultivadas con los tres métodos referidos.

 

En consecuencia, y según explicó la Dra. Susanne Bügel, investigadora principal del estudio, “nuestras conclusiones no comparten la creencia de que los alimentos cultivados de forma orgánica contengan más nutrientes que aquellos sembrados de manera convencional”. Aún así, concluyó, “mucha gente paga hasta tres veces más para obtener comida orgánica con el convencimiento de que tiene más contenido nutricional que aquellos alimentos que han crecido con la ayuda de pesticidas y otros químicos”.