UROLOGÍA
JANO.es · 07 noviembre 2011
Investigadores españoles prueban que si el varón mantiene periodos de abstinencia de eyaculación más cortos se reduce la proporción de espermatozoides con ADN fragmentado.
La eyaculación recurrente en el hombre puede mejorar la calidad del ADN en los espermatozoides que se seleccionan para la inseminación, según recoge un estudio realizado por investigadores españoles y publicado en Fertility and Sterility.
En los centros de reproducción asistida existen técnicas de selección espermática que mejoran, de forma relativa, la calidad seminal de los pacientes y buscan reducir el número de espermatozoides con fragmentación del ADN, cuya presencia aumenta el riesgo de pérdida del embrión.
Para ello, en ocasiones se recomienda que los varones mantengan entre 3 y 4 días de abstinencia sexual antes realizar una inseminación, sin que estuviese claro que esto mejorara las tasas de fertilidad.
Sin embargo, en este trabajo, dirigido por el doctor Pascual Sánchez-Martín, de la Clínica de Reproducción Asistida Ginemed de Sevilla, y en el que también han participado las unidades de Genética de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el Complejo Universitario de Coruña, se ha observado que si el varón mantiene periodos de abstinencia de eyaculación más cortos (es decir, si provoca eyaculaciones más frecuentes) se reduce la proporción de espermatozoides con ADN fragmentado.
Para evaluar la calidad del ADN espermático, los autores se han valido de una técnica conocida como 'halosperm'. En el mismo artículo también establecen que la reducción del daño del ADN es mayor cuando se seccionan los espermatozoides con técnicas de rutina.
De este modo, la reducción media de la fragmentación del ADN que se consigue en una selección espermática sobre muestras obtenidas tras un periodo de abstinencia de 3 días, es de aproximadamente el 22%, mientras que si en los mismos individuos se obtiene una segunda muestra provocando una nueva eyaculación tan sólo tres horas después, la reducción se acerca o incluso supera el 50%.
En consecuencia, en una muestra seminal procedente de la segunda eyaculación la fragmentación del ADN espermático desciende ampliamente y de modo consistente y, por tanto, la probabilidad de seleccionar un espermatozoide de buena calidad para ser utilizado en técnicas de inyección intra-citoplasmática de un espermatozoide en el ovocito es más alta.
Según explica el doctor de la Unidad de Genética de la UAM, Jaime Gosálvez, que también ha participado en el estudio, "dado que existe una apreciable variación entre los niveles de reducción de la fragmentación que se consigue de unos individuos a otros, es muy importante recurrir al análisis personalizado de cada paciente antes de asumir que el efecto es de similar magnitud y equiparable en todos los individuos".
El mismo investigador señala que, en el campo de los problemas de infertilidad, "se ha llegado a sugerir la utilización de espermatozoides aislados del testículo mediante biopsia como sistema para obtener muestras con menos niveles de fragmentación del ADN".