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La historia clínica digital comenzará a funcionar en España a partir de 2010 después de que a lo largo de todo este año, y a modo de experiencia piloto, diez comunidades autónomas comiencen a utilizar e intercambiar información clínica en formato electrónico, según ha anunciado el ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, durante su comparecencia en la Comisión de Sanidad del Senado.

 

De este modo, se inicia la cuenta atrás a un proyecto con el que se pretende que los profesionales sanitarios puedan disponer del historial clínico del paciente al que están atendiendo con independencia de la comunidad a la que pertenezcan.

 

Sanidad ya ha concluido la implementación de los sistemas de interoperabilidad para “hacer todos los sistema compatibles”, según explica Soria, por lo que en el mes de marzo serán Baleares y Comunidad Valenciana las que inicien el programa piloto y comiencen a intercambiarse datos clínicos de pacientes para su atención sanitaria.

 

A estas comunidades se unirán a lo largo de este año ocho comunidades más: Andalucía, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, La Rioja y Murcia. El objetivo es que “a partir de 2010” se pueda iniciar su implantación definitiva en toda España. Soria ha matizado que no ha habido ningún proceso de selección para ver qué comunidades participaban en dicha fase piloto, asegurando que “están las que aceptaron estar. Y de las que lo rechazaron, las razones las desconozco”.

 

 

 

A nivel europeo también se ha previsto el inicio de una iniciativa similar a través del proyecto ‘european patients Smart Open Services’ (epSOS), cuyo pilotaje se realizará en 11 estados miembros, incluido España, entre los años 2010 y 2011. En palabras de Soria, “la idea es que uno pueda viajar con su tarjeta sanitaria por toda Europa, no sabemos con qué tarjeta, pero si al menos que se pueda tener acceso a los datos clínicos de cada paciente en toda Europa”.

 

En dicho programa participan junto al Ministerio las comunidades de Castilla-La Mancha, Cataluña y Andalucía que, según Soria, son las que demostraron interés y capacidad presupuestaria a la hora de embarcarse en esta iniciativa.

 

De hecho, y mostrando su propia tarjeta de la Junta de Andalucía, que conservaba de cuando trabajaba allí, Soria aseguró que “aunque el sistema pueda dar fallos, cuando pasaba esta tarjeta en la farmacia de debajo de mi casa en el centro de Sevilla, aparecía en la pantalla toda la información referente a mis tratamientos”.

 

 

 

Andalucía es la comunidad pionera la implantación de la receta electrónica, mientras que Baleares también está en fase de implantación avanzada. Un camino que ya han iniciado la mayoría de las Comunidades Autónomas, ha asegurado Soria, lo que hace posible que sean ya cerca de 5.500 profesionales de Atención Primaria los que disponen de dispensación electrónica de la receta, así como 7 los millones de ciudadanos los atendidos en centros de salud que ofrecen este servicio.

 

A este respecto, la senadora del PP, Carmen Aragón, mostró sus dudas acerca de que el proyecto se pueda llevar finalmente a cabo a nivel nacional, ya que tanto en Andalucía como en Baleares “cada una tiene su propio modelo, y esto nos llevará a que tengamos 17 modelos de historia y 17 modelos de receta diferentes”.

 

Por su parte, la senadora de CiU, Nuria Aleixandre, advirtió de que la dificultad del paso al formato electrónico radica en las dificultades a la hora de digitalizar las historias clínicas existentes y los fallos que pueda dar el sistema dada la gran cantidad de datos que se van a volcar en él.

 

En su respuesta, el propio Soria reconoció que “puede haber fallos al principio”, si bien aseguró  que "no es cierto que cada comunidad vaya a su aire". De hecho, recordó que ya se ha dado un paso muy grande al conseguir que el 95% de los centros de Atención Primaria “dispongan ya de algún tipo de solución que permite realizar y gestionar las prescripciones, a través de medios telemáticos”.