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La Oficina Internacional de Trabajo (OIT) celebra hoy el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el trabajo, bajo el lema Riesgos emergentes y nuevos modelos de prevención en un mundo de trabajo en transformación con el objetivo de reducir las muertes, los accidentes y las enfermedades relacionadas con el trabajo. Con motivo de dicha conmemoración, la Organización Médica Colegial (OMC) hace un llamamiento a los gobiernos e instituciones para resaltar la importancia de impulsar estrategias preventivas de salud y seguridad frente a los nuevos retos que plantean los riesgos laborales.

Los nuevos riesgos del trabajo están provocados por la innovación técnica o por el cambio social u organizativo. Desde la Oficina Internacional de Trabajo (OIT) se señala que las tendencias del empleo han experimentado cambios considerables en las últimas décadas, lo cual también han contribuido a la aparición de nuevos riesgos laborales. La restructuración de la organización del trabajo, los recortes de plantilla, la subcontratación y la contratación externa ha tenido inevitablemente efectos en las condiciones de trabajo que hace más difícil lograr un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida privada. Junto con otros factores, dichos cambios han conducido al aumento del estrés relacionado con el trabajo y a otros trastornos de salud mental.

Según un informe de la Oficina Internacional de Trabajo (OIT), en el 2003 se registraron 358.000 casos de accidentes mortales y 1,95 millones de enfermedades mortales, relacionados con el trabajo; así como 337 millones de accidentes que causaron hasta cuatro días de baja laboral.

La prevención de las enfermedades profesionales sigue sin ser una prioridad en muchos países. Por ello la OMC reivindica como una necesidad urgente la mejora de los sistemas nacionales de registro y notificación, así como la necesidad de actuar de manera continua para mejorar las medidas preventivas y de diagnóstico de las enfermedades profesionales y los sistemas nacionales encargados de supervisar la salud de los trabajadores.

En la actualidad, los factores psicosociales se han reconocido en general como cuestiones mundiales que afectan a todos los países. La mayor flexibilidad y precariedad del trabajo, la intensificación, las relaciones en el entorno laboral son algunos de los factores que favorecen el estrés relacionado con el trabajo.

A más largo plazo, este tipo de estrés también puede contribuir a patologías del sistema osteomuscular y a otras formas de trastornos de salud como hipertensión, úlcera péptica y enfermedades cardiovasculares. También el estrés puede ser un importante factor que contribuye a la depresión, así como a intensificar la violencia, el consumo de drogas, el tabaco y el alcohol, en incluso, influir en las relaciones familiares y sociales.

En 2008, se adoptó la Declaración de Seúl sobre Seguridad y Salud en el Trabajo donde se reafirma el principio de que el derecho a un medio de trabajo seguro y saludable debería reconocerse como un derecho humano fundamental.

En esta línea, algunas autoridades nacionales e internacionales han elaborado estrategias de amplio alcance para hacer frente a las cuestiones nuevas y emergentes relativas a la seguridad y salud en el trabajo. Por ejemplo, la UE ha adoptado una estrategia comunitaria de seguridad y salud en el trabajo para 2007-2012 cuyo objetivo es reducir en un 25% los accidentes laborales para 2012. En ella se destaca también que los aspectos relativos a la seguridad y salud en el trabajo deben incorporarse a los programas nacionales en todos los niveles educativos y en todos los ámbitos, incluyendo la formación profesional y la educación universitaria a fin de desarrollar eficazmente una cultura de prevención intrínseca.