Un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en la edición digital de la revista Obesity (doi:10.1038/oby.2009.112) ha identificado una relación entre el peso corporal y la microflora gastrointestinal que, entre otros aspectos, sugiere que la composición de la flora influye en la regulación del peso. En consecuencia, apuntan los autores, “la regulación de la flora podría suponer un factor importante para el diseño de nuevas estrategias de prevención de la obesidad y de distintas enfermedades asociadas”.

 

En el estudio han participado 36 adolescentes con obesidad o sobrepeso sometidos a un tratamiento basado en la reducción de la ingesta energética y el aumento de la actividad física durante 10 semanas.

 

La investigación pone de manifiesto la existencia de diferencias en la respuesta de los adolescentes al tratamiento. Así, y si bien la mayoría de los individuos experimentó una pérdida de peso significativa –más de 4 kilos– tras el tratamiento, hubo 13 adolescentes que perdieron menos de 2 kilos.

 

Según la Dra. Yolanda Sanz, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC, “el estudio sugiere que estas diferencias de respuesta pueden ser debidas, en parte, a la composición específica de la microflora de los individuos”.

 

“El grupo que experimentó una pérdida significativa de peso presentó una mayor proporción de bacteroides y menor de clostridios que el grupo que no experimentó una reducción considerable de peso, antes y después de la intervención”, explicó la Dra. Sanz.

 

El análisis de la ingesta de energía y la composición de la dieta no reveló diferencias significativas entre ambos grupos; sin embargo, la energía total detectada en heces fue superior en los adolescentes que no experimentaron una reducción significativa de peso. Estos datos sugieren que la microflora intestinal influye en el desarrollo de la obesidad y contribuye al aporte de energía al organismo.