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JANO.es · 30 abril 2008

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Los anticonceptivos orales han protegido a las mujeres frente al cáncer de ovario desde su aparición hace ya casi 50 años. Un efecto del que se estima se benefician en la actualidad más de 100 millones de mujeres de todo el mundo y que ha sido ampliamente documentado en la literatura. No tanto así su duración, aspecto muy a tener en cuenta en una neoplasia cuya incidencia se incrementa con la edad y que resulta muy infrecuente en las mujeres jóvenes. Es decir, que para que los contraceptivos tengan un impacto real sobre la salud pública es necesario que su efecto protector se mantenga varias décadas después de que su consumo haya cesado. Ahora, y según concluye un estudio publicado en The Lancet (2008;371:303-14), los anticonceptivos orales confieren protección a largo plazo frente al cáncer de ovario y se estima que su uso ha evitado más de 200.000 casos de este cáncer y 100.000 muertes.

Es más, de acuerdo con las previsiones de los autores, del Grupo Colaborativo para los Estudios Epidemiológicos del Cáncer de Ovario, “en las próximas décadas, el número de casos de cáncer de ovario prevenidos se elevará hasta, por lo menos, los 30.000 por año”.

Estrógenos y prostágenos

Los investigadores evaluaron 45 estudios llevados a cabo en 21 países con la participación de 23.257 mujeres con cáncer de ovario maligno de estirpe epitelial o no epitelial y de 87.303 que no habían padecido la neoplasia. Un 31% de las primeras había tomado anticonceptivos orales durante un tiempo medio de 4,4 años, porcentaje que en el grupo control fue del 37%, con una duración media de 5 años. La media de edad en el diagnóstico fue de 56 años, si bien la mayoría, un 57%, ya había superado los 55 en el momento de la detección.

Los contraceptivos, una combinación de estrógenos y prostágenos en el 95% de los casos, fueron consumidos en distintas dosis de acuerdo con las recomendaciones y presentaciones del momento: más de 100 μg de estrógeno antes de 1970; cerca de los 50 μg en los setenta; y un máximo de 30 μg después de 1980. Lógicamente, los autores ajustaron por rangos de dosis, así como por edad, número de partos e histerectomía, para garantizar que la comparación se realizara entre poblaciones similares.

Los resultados muestran que cuanto más duradero ha sido el uso de anticonceptivos orales, menor es el riesgo de cáncer de ovario. Concretamente, el riesgo relativo disminuye un 29% por cada 5 años de consumo en los casos en los que el abandono tiene lugar durante los 10 años previos al desarrollo de la neoplasia; un 19% si el cese se lleva a cabo en los 10-19 años anteriores; y un 15% cuando la toma de anticonceptivos se suspende en los 20-29 años previos.

Reducción del riesgo

En total, la reducción del riesgo relativo global por cada 5 años de consumo se establece en un 20%. Y como indican los autores, “en las mujeres que habían usado este tipo de contraceptivos durante 15 años el riesgo de cáncer de ovario se redujo a la mitad”. Un beneficio que, además, resulta independiente de todos los factores, hasta 12, evaluados tanto individual como conjuntamente –caso de la etnia, del IMC, del alcohol, de la THS o del peso–, y que se mantiene durante los 30 años posteriores al abandono de los anticonceptivos, momento a partir del cual se atenúa.

El estudio también ha constatado que cuanto más reciente es el cese del consumo menor es el riesgo relativo de desarrollar cáncer –la duración media de aparición de la neoplasia desde el abandono de los anticonceptivos se estableció en 18,6 años–. Por el contrario, no se observan diferencias en cuanto al riesgo de cáncer en relación con la edad de inicio del consumo –sólo el 16% y el 15% se iniciaron en el mismo en, respectivamente, edades menores de 20 años o mayores de 35– o de su abandono.

Por último, según concluyen los investigadores, “el consumo durante 10 años de anticonceptivos orales en los países desarrollados ha dado lugar, según las estimaciones, a una reducción de la incidencia de cáncer de ovario en mujeres menores de 75 años del 1,2 al 0,8 por cada 100 usuarias. En el caso de la mortalidad, la disminución es del 0,7 al 0,5”. El resultado es que por cada 5.000 mujeres y año de uso se previenen en torno a 2 casos de cáncer de ovario y una muerte por la enfermedad en menores de 75 años.

2 millones de españolas

Los anticonceptivos orales constituyen el método contraceptivo más común entre las europeas occidentales. La razón, la elevada satisfacción declarada por las cerca de 22 millones de usuarias: el 92% se mostró muy o bastante satisfecha –75% en el caso del preservativo. En nuestro país, es el método elegido por el 19% de las mujeres –unos 2 millones–, un porcentaje similar al de las italianas y muy inferior al de las británicas (27%) y francesas y alemanas (40%). El inicio en el consumo, similar en todo el continente, se sitúa antes de cumplir los 20 años.

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