ARTERIOESCLEROSIS
La política es la actividad con mayor riesgo de arteriosclerosis
JANO.es · 02 octubre 2012
El presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, Fernando Civeira, alerta del riesgo que supone ejercer una profesión sedentaria y no practicar deporte.
La política, debido a los niveles de estrés y al sedentarismo, es de las ocupaciones profesionales con mayor riesgo de arteriosclerosis y, por consiguiente, 'ictus', infartos, fallos orgánicos, hipertensión arterial, diabetes tipo II y arritmias cardiacas.
"Si la profesión favorece el sedentarismo y no se practica deporte a la salida del trabajo por falta de tiempo, los factores de riesgo cardiovascular aumentan, contribuyendo a la aparición de obesidad y consecuentemente a la alteración del metabolismo de lípidos, aumentando el colesterol y los triglicéridos", señala el presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), Fernando Civeira.
Precisamente este martes se ha publicadouna revisión de estudios en The American Journal of Cardiology, que muestra que las personas que diariamente sufren elevados niveles de estrés son "más propensas" a desarrollar una enfermedad cardiaca.
Dicho trabajo refleja que los trabajadores estresados son un 27% más propensos a padecer una enfermedad coronaria o a quedar hospitalizados o a morir por la enfermedad, que aquellos que desempeñan un trabajo menos estresante.
Asimismo, otro de los grupos de riesgo es el que conforman los directivos, los ejecutivos de grandes empresas y los responsables de recursos humanos, especialmente en épocas de crisis.
Por ello, el presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis recuerda la importancia de reducir el grado de ansiedad en el entorno laboral y de realizar actividad física, al menos dos veces por semana, para disminuir los factores de riesgo.
"Estas pautas unidas a una dieta equilibrada, al abandono del tabaco y a la moderación del alcohol, conseguirá que las enfermedades cardiovasculares dejen de ser la primera causa de muerte en los países occidentales", concluye Civeira.