DIABETES
JANO.es · 21 julio 2009
Al igual que sucede con otras enfermedades crónicas, el riesgo de depresión es menor cuanto mayor es el número de consultas médicas
La población diabética tiene un mayor riesgo de desarrollar depresión, un incremento que, según concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la HealthPartners Research Foundation de Bloomington (Estados Unidos) y publicado en el último número de la revista Annals of Family Medicine (2009;7:328-335), no tiene que ver tanto con la enfermedad en sí como con el contacto más frecuente con los sistema de salud que tienen estos pacientes.
En palabras del Dr. Patrick J. O'Connor, director del estudio, “nuestros resultados coinciden con la hipótesis de que recibir un diagnóstico de una enfermedad crónica aumenta la frecuencia del diagnóstico de depresión. Y de la misma manera, los datos sugieren que los pacientes con diabetes no son más susceptibles que los pacientes con otras enfermedades crónicas y consultas médicas ambulatorias frecuentes”.
Si bien numerosos estudios previos habían alcanzado resultados contradictorios, la mayoría de evidencias recogidas en la bibliografía mostraban un aumento de la probabilidad de desarrollar depresión en la población diabética.
En este contexto, cabe resaltar una revisión de 42 investigaciones que demuestra que las personas diabéticas tienen el doble de probabilidades de desarrollar depresión que la población normoglucémica. Sin embargo, pocos estudios registraron la cantidad de consultas de atención primaria, lo que afectaría si la persona era o no diabética y si tenía depresión y estaba bajo tratamiento. De ahí la razón para el nuevo trabajo, en el que los investigadores analizaron las historias clínicas de un grupo de 225.000 pacientes tratados entre 1997 y el 2003.
Diagnóstico de depresión
Los expertos compararon a 2.932 personas con diabetes diagnosticada durante el referido período y a 14.144 pacientes con diabetes diagnosticada antes de 1997 con dos grupos de control distintos. El primero de los grupos tenía la misma edad y el mismo sexo, mientras que el segundo tenía la misma edad, sexo y cantidad de consultas de atención primaria.
Para cada cohorte de pacientes, la probabilidad de recibir un diagnóstico de depresión disminuía a medida que aumentaban las consultas al médico.
Entre los pacientes diabéticos, los que habían consultado menos al médico durante el período de estudio eran un 46% más propensos a recibir un diagnóstico de depresión.
Por el contrario, los diabéticos que habían realizado más de 10 consultas médicas durante el seguimiento tenían el mismo riesgo de recibir un diagnóstico de depresión que los no diabéticos que consultaban al médico con la misma frecuencia.
Como reconocen los autores, “desconocemos aún el motivo por el que las personas, diabéticas o no, que consultan al médico menos frecuentemente son más propensas a desarrollar depresión. Podríamos apuntar que los datos indicarían que los médicos de atención primaria saben reconocer la depresión tras unas pocas consultas. Pero existirían otras explicaciones; quizás los médicos que no reconocen rápidamente la depresión no la diagnostiquen después”.