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La siesta podría mejorar la memoria

JANO.es y agencias · 06 febrero 2008

Un corto período de sueño no REM durante una siesta diurna beneficia el funcionamiento de la memoria declarativa, aquella que almacena datos, acontecimientos generales de la vida o información sobre el entorno

Alfonso Jiménez Palacios (Logroño, 1953) es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza, especialista en medicina interna e inspector médico de la Seguridad Social. Como gestor sanitario ha ocupado distintos puestos fundamentalmente en la Comunidad de Madrid. Además, ha desarrollado también tareas docentes e investigadoras, con más de 50 publicaciones, cursos, ponencias y conferencias en diversos foros científicos y académicos.

– ¿Cómo explicaría a los médicos de familia la Estrategia AP 21?

–Es muy sencillo y estoy seguro que los médicos de familia me van a entender perfectamente: la atención primaria (AP) ha sido en España el eje y motor de la reforma sanitaria. Su desarrollo en las dos últimas décadas ha sido espectacular y ha catapultado al sistema sanitario español a los primeros lugares del mundo, siendo clave en la aceptación y en la satisfacción del ciudadano. Pero no es menos cierto que en los últimos años se ha producido un cierto estancamiento, una pérdida de “empuje” de la AP, un relativo e incipiente deterioro del papel que le corresponde jugar. Por ello es imprescindible una reflexión profunda y sosegada sobre su situación que nos permita acometer un nuevo impulso para situarla en el lugar que le corresponde y que demanda tanto el propio sector como el conjunto de la sociedad.

– ¿Quiénes participan en AP 21?

–Esta reflexión a la que me refería en la pregunta anterior es imprescindible hacerla entre todos los interesados, entre todos los agentes que, de una u otra forma, están implicados en la AP. Por eso estamos contando con las comunidades (principales responsables de la gestión de los servicios sanitarios), sociedades científicas implantadas en la AP y, en general, con expertos de reconocido prestigio propuestos por los diversos agentes y por el propio Ministerio de Sanidad. Queremos que sea un proyecto de todos y para todos, de tal forma que nos sintamos identificados con él y, lo que es más importante, que todos apostemos por una estrategia común.

– ¿Qué podemos esperar los profesionales de esta estrategia?

–Ya reconocía anteriormente un incipiente nivel de deterioro. El incremento de las presiones asistenciales, la excesiva burocratización, la falta de una auténtica descentralización de los procesos de toma de decisiones, la escasez de expectativas profesionales y laborales, están conduciendo a ciertos niveles de desmotivación y a que un número cada vez más numeroso de profesionales no se sientan partícipes de este proyecto común que es la AP. Pero quisiera dar, ante todo, un mensaje optimista y positivo. Disponemos de una muy buena AP que, eso sí, necesita de nuevos impulsos, de nuevas ideas, de nuevos proyectos y de nuevos recursos que revitalicen su papel y su función dentro del sistema sanitario. Los profesionales deben comprometerse en y con estos nuevos proyectos, de manera que sean los auténticos artífices de los mismos. Sin ellos, no hay proyectos ni estrategias posibles. El proyecto AP-21 pretende coordinar los esfuerzos e iniciativas en el sentido expuesto, de tal forma que respondan a estrategias comunes, a un gran proyecto común, dentro de la lógica diversidad que implica nuestro sistema autonómico.

– ¿Cuál va a ser el compromiso del ministerio con sus conclusiones?

–El ministerio va a intentar, y estoy seguro que lo conseguirá, que las líneas estratégicas de actuación que apunte el proyecto AP-21 sean asumidas por el conjunto del SNS y, por lo tanto, por todas y cada una de las administraciones con competencias en AP. En este sentido, creo que el Consejo Interterritorial del SNS deberá jugar un importante papel.

– ¿Cómo contempla este proyecto la participación de los ciudadanos?

–La participación de los ciudadanos en el sistema sanitario es la mejor garantía de su pervivencia y fortalecimiento. Tienen que ser el centro del sistema no sólo en el sentido de centrar en ellos nuestros objetivos y actividades, sino también en que formen parte de los procesos de toma de decisiones que afectan al conjunto de las organizaciones. Por ello, en un proyecto como éste, el papel del ciudadano debe impregnar la totalidad de los planteamientos y estrategias que se establezcan. Vivimos en una sociedad excesivamente medicalizada en la que al sistema sanitario, y especialmente a la AP, se le pide que dé solución a una gran variedad de problemas y situaciones que no siempre está a su alcance resolver. La implicación del propio ciudadano y paciente en el abordaje de sus problemas de salud es imprescindible, y para ello son necesarias políticas activas, no sólo desde el sistema, sino también desde el conjunto de la sociedad.

– Seguro que es conocedor del desánimo que se ha instalado entre los profesionales de AP. ¿Sigue confiando en que el primer nivel asistencial ha de actuar como el eje del sistema sanitario?

–Es necesario, en estos momentos, un mensaje optimista que combata el desánimo y que implique a los profesionales de la AP en un nuevo impulso que consolide los importantes logros alcanzados y que aborde los cambios necesarios para garantizar que el ciudadano siga disfrutando, en el futuro, de unos servicios de AP de alta calidad. Para ello es necesario que el primer nivel asistencial refuerce su papel en el sistema sanitario, pasando de “puerta de entrada del sistema” a “gestor del sistema”, actuando como gestor y “guía” del ciudadano y responsabilizándose integralmente de la salud de su población. Este es el camino que hay que recorrer porque es el más seguro y eficaz para garantizar los cuidados de salud de los ciudadanos, y porque, además, es el más eficiente, esto es, el que mejores resultados obtiene a un coste razonable.

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