NEUMOLOGÍA PEDIÁTRICA
Las hospitalizaciones por asma en niños aumentan un 20-25% en el inicio del curso escolar
Carla Nieto. Madrid · 20 septiembre 2012
Los expertos recuerdan que, cuando se trata de esta enfermedad, hay que completar el tratamiento, consistente en la administración de broncodilatadores y antiinflamatorios.
“Casi un 10% de la población infantil padece asma y se ha constatado que durante el mes de septiembre, coincidiendo con la vuelta al colegio, tienen lugar entre un 20 y un 25 % de las hospitalizaciones totales debidas a esta enfermedad, una circunstancia que está ligada tanto a la mayor circulación de virus que se produce en esta época del año como al estrés que supone para los niños el inicio de las clases”, explicó la doctora Adelaida Lamas, médico adjunto del servicio de Pediatría del Hospital Ramón y Cajal y encargada de la sección de Neumología Pediátrica.
Se estima que los niños con asma pierden de 2 a 5 días más de clase que aquellos que no la presentan, “y en relación a esto hay que recordar que las exacerbaciones de asma en otoño suponen un gasto importante tanto para las familias como para el sistema sanitario, debido al incremento de visitas a Urgencias, especialistas e ingresos hospitalarios. De ahí la importancia de una adecuada prevención, sobre todo teniendo en cuenta que habitualmente los niños asmáticos no suelen tomar la medicación durante el verano. Por tanto, es muy importante introducir siempre un tratamiento preventivo en aquellos que habitualmente desarrollan asma en esta época del año”.
Además, los menores introducen en sus familias las infecciones por rinovirus 3 veces más que los adultos. “Las posibilidades de transmisión son mayores con el inicio del colegio y las guarderías, lo que favorece el mayor contacto entre los niños con capacidad posterior de transmitirlo a sus familiares”.
Para la experta, es fundamental prestar atención a los síntomas de la enfermedad y aplicar un tratamiento profiláctico lo antes posible. “El tratamiento consiste en la administración de broncodilatadores, para el alivio de los síntomas, y de antiinflamatorios, como terapia de control o mantenimiento, dentro de los cuales se encuentran los inhibidores de los leucotrienos, como montelukast, y los corticoides inhalados, como mometasona furoato”.
En este sentido, la doctora insistió en la necesidad de que se cambie el concepto que se tiene respecto a este tipo de tratamientos. “Cuando se trata de esta enfermedad, no basta con ciclos cortos, sino que hay que completar el tratamiento y, también, hacer pruebas de tratamiento. No hay que olvidar que el asma es un gran síndrome que se puede abordar desde muchos caminos”.
Por su parte, el doctor Claudio Fragola, otorrinolaringólogo de la Unidad de Rinología del servicio de ORL del Hospital Ramón y Cajal comentó que, “tradicionalmente en nuestro país existe una especie de ‘corticofobia’ debido sobre todo a los efectos que puede tener el manejo inadecuado de estos fármacos. Los corticoides actuales presentan una utilización totalmente segura y suponen una medicación muy efectiva sobre todo en aquellos casos en los que a los síntomas de asma se unen los efectos de la rinitis alérgica, lo que a su vez conlleva una menor capacidad de concentración durante el día y una menor calidad del sueño, con todas las repercusiones asociadas: cansancio, somnolencia, falta de apetito, etc”.
Ambos expertos insistieron también en la necesidad de que exista una adecuada educación respecto a esta enfermedad tanto por parte de los padres como de los educadores. “El niño pasa aproximadamente un tercio de todo su tiempo en el entorno escolar, por lo que es probable que sufra una manifestación de su enfermedad y el profesor deba atenderle, motivo por el que los educadores deben estar preparados. Sin embargo, el 64% de los profesores admite no tener preparación para afrontar la crisis asmática de un niño, pese a que 3 de cada 10 han tenido que atender a algún alumno en horario lectivo”, señaló la doctora Lama.