ONCOLOGÍA
JANO.es · 14 julio 2008
El descubrimiento podría ayudar a los oncólogos a descubrir de forma precoz la expansión de este tipo de cáncer
Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) han utilizado un virus del resfriado común para localizar y detectar las células de la metástasis del cáncer de próstata
El virus modificado por los investigadores transporta una carga genética a las células cancerígenas de próstata que permite utilizar la tomografía por emisión de positrones (TEP) para localizar las células de la enfermedad a medida que se expanden a los nódulos linfáticos, el primer lugar donde el cáncer de próstata va antes de invadir otros órganos.
Según señala la Dra. Lily Wu, directora de este estudio publicado en la edición digital de la revista Nature Medicine, “el descubrimiento podría ayudar a los oncólogos a descubrir de forma precoz la expansión del cáncer, cuando la enfermedad es más tratable y antes de que invada otros órganos”. No debe olvidarse que las pequeñas metástasis del cáncer en los nódulos linfáticos pélvicos son muy difíciles de descubrir utilizando las técnicas de imagen actúales como los escáneres de tomografía computerizada.
El siguiente paso que acometerán los investigadores será vincular esta técnica de diagnóstico no invasiva con un tratamiento y activar un agente tóxico en la carga genética para eliminar las células cancerígenas en expansión. La Dra. Wu espera que algún día sea posible localizar y eliminar estas pequeñas metástasis según se examinan a través de un escáner de TEP. En la actualidad, los investigadores están intentando definir esta novedosa técnica en ratones.
La expansión del cáncer de próstata a los nódulos linfáticos pélvicos es el indicador más fiable de que el paciente tendrá un mal pronóstico y de que la enfermedad progresará y volverá a producirse. Por ello, una evaluación de los nódulos linfáticos pélvicos es crítica para la planificación del tratamiento. Así, el método desarrollado por los investigadores permitiría a los oncólogos comprobar si el tratamiento está funcionando y evitar al paciente semanas de terapias tóxicas ineficaces.