CARDIOLOGÍA
JANO.es · 21 febrero 2012
Según el estudio EMPHASIS, el tratamiento óptimo de esta patología influye de forma positiva en términos de calidad de vida, y mejora de los síntomas y los eventos sucesivos.
Una terapia ‘óptima’ de la insuficiencia cardíaca permite reducir la mortalidad en un 30% y los reingresos hospitalarios en más del 40%, según un estudio presentado en la VI Reunión VAM ('Vascular Disease: A Multidisciplinary Approach'), organizada por Almirall en Barcelona.
Según los datos del estudio EMPHASIS, una correcta terapia de la insuficiencia cardíaca contribuye a la estabilización de los pacientes; por lo tanto, el tratamiento óptimo de esta patología influye de forma positiva en términos de calidad de vida, y mejora de los síntomas y los eventos sucesivos, lo que repercute a su vez en una reducción de los costes derivados del tratamiento de este tipo de pacientes.
En esta sexta edición de VAM, que ha reunido a más de 300 especialistas nacionales e internacionales de distintos ámbitos de la medicina cardiovascular, se ha realizado una actualización de la patología cardiovascular desde un punto de vista multidisciplinar.
Entre los temas abordados, figuran el tratamiento de diferentes manifestaciones de la enfermedad cardiovascular, su relación con la diabetes y otros factores de riesgo, así como las evidencias que han aportado los últimos estudios sobre los tratamientos para la insuficiencia cardíaca.
Durante el encuentro, también se han presentado las conclusiones de los últimos estudios de eficacia y seguridad de la nueva familia de antidiabéticos orales, los inhibidores de DPP-4 y los antagonistas de GLP-1, y su papel tanto en el control de la diabetes como en la prevención de las complicaciones macro y microvasculares que presenta esta patología.
Los nuevos inhibidores de DPP-4 presentan una experiencia de cinco años en práctica clínica y constituyen un tratamiento eficaz en el control de los pacientes con diabetes tipo 2, en combinación con metformina. Los datos presentados demuestran su seguridad desde el punto de vista vascular, lo que se acompaña de una reducción de la progresión de la enfermedad cardiovascular y renal del diabético.