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CARDIOLOGÍA

Los antihipertensivos son eficaces independientemente del nivel de presión arterial

The Lancet · 03 mayo 2021

Cada reducción de 5 mmHg en la presión arterial sistólica reduce el riesgo relativo de eventos cardiovasculares en aproximadamente un 10 por ciento, incluso en personas con cifras tensionales basales normales.

El estudio más grande realizado hasta la fecha sobre el tema concluye que los antihipertensivos son eficaces en adultos independientemente del nivel basal de presión arterial, incluso en personas sanas pero con factores de riesgo, según afirman la British Heart Foundation, el Instituto Nacional de Investigación en Salud y la Oxford Martin School (Reino Unido), que han financiado la investigación.

El estudio, que ha analizado datos de 345.000 personas participantes en 48 ensayos clínicos aleatorizados, encontró que cada reducción de 5 mmHg en la presión arterial sistólica redujo el riesgo relativo de eventos cardiovasculares en aproximadamente un 10 por ciento, incluso en personas con presión arterial normal y en aquellas que nunca habían tenido un infarto de miocardio o un ictus.

Los autores, que han publicado el estudio en The Lancet, piden que se modifiquen las pautas globales para que cualquier persona con riesgo de enfermedad cardiovascular sea considerada para la medicación antihipertensiva, independientemente de su presión arterial. Destacan que el estudio muestra que estos medicamentos pueden prevenir eventos cardiovasculares graves, como ictus, insuficiencia cardiaca e infartos de miocardio, incluso en adultos con presión arterial normal.

Los autores consideran que estos hallazgos tienen implicaciones inmediatas e importantes para las guías clínicas globales que típicamente limitan el tratamiento para reducir la presión arterial a las personas con presión arterial alta, generalmente por encima de 140/90 mmHg.

"Nuestros hallazgos son de gran importancia para el debate sobre el tratamiento de la presión arterial -afirma el autor principal, Kazem Rahimi, de la Universidad de Oxford-. Esta nueva y mejor evidencia disponible nos dice que las decisiones de prescribir medicamentos para la presión arterial no deben basarse simplemente en un diagnóstico previo de enfermedad cardiovascular o el nivel de presión arterial de un individuo".

En cambio, "los medicamentos deben verse como una herramienta eficaz para prevenir enfermedades cardiovasculares en personas con mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas o cerebrovasculares. Las pautas clínicas deben cambiarse para reflejar estos hallazgos", continúan. No obstante, advierten que no se está diciendo que toda la población deba comenzar el tratamiento. "La decisión dependerá de los factores de riesgo de cada persona para desarrollar una enfermedad cardiovascular, el potencial de efectos secundarios y la elección del paciente", añaden.

Los participantes se dividieron en dos grupos: aquellos con un diagnóstico previo de enfermedad cardiovascular (157.728 participantes que formaron el grupo de prevención secundaria) y aquellos sin enfermedad cardiovascular (186.988 que formaron el grupo de prevención primaria). Cada grupo se dividió en siete subgrupos según los niveles de presión arterial sistólica en el momento del ingreso al estudio (menos de 120 mmHg, 120-129 mmHg, 130-139 mmHg, 140-149 mmHg, 150-159 mmHg, 160-169 mmHg, 170 mmHg o más).

Alrededor del 20 por ciento (31.239) de los participantes con enfermedad cardiovascular previa y el 8 por ciento (14.928) de los que nunca habían tenido enfermedad cardiovascular tenían una presión arterial sistólica normal o normal- alta al inicio de los ensayos (inferior a 130 mmHg).

Durante un seguimiento promedio de 4 años, un total de 42.324 participantes experimentaron al menos un evento cardiovascular mayor.

Por cada reducción de 5 mmHg en la presión arterial sistólica, el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular mayor se redujo en alrededor del 10 por ciento (18.287 frente a 24.037 eventos cardiovasculares mayores en los grupos de intervención y en de comparación, respectivamente), ictus en un 13 por ciento (6.005 frente a 7.767), insuficiencia cardiaca en un 13 por ciento (3.249 frente a 4.584), cardiopatía isquémica en un 8 por ciento (8.307 frente a 11.145) y muerte cardiovascular en un 5 por ciento (4.825 frente a 6.110).

Los efectos beneficiosos del tratamiento no difirieron según el historial de enfermedad cardiovascular o el nivel de presión arterial al inicio del estudio. "Es importante que se considere a las personas para el tratamiento para bajar la presión arterial en función de su riesgo cardiovascular, en lugar de centrarse en la presión arterial en sí misma como un factor de calificación o un objetivo del tratamiento", concluye el coautor Zeinab Bidel.

Referencia: Lancet. 2021 May 1. doi: 10.1016/S0140-6736(21)00590-0

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