PROFESIÓN MÉDICA
JANO.es · 16 junio 2011
Según el presidente del CCEV, la remodelación que plantea Sanidad "perjudicará gravemente la formación de cirujanos vasculares angiólogos.
El Capítulo de Cirugía Endovascular (CCEV), la entidad científica que agrupa a estos profesionales en España, manifestó ayer su rechazo al proyecto del Ministerio de Sanidad de remodelar la formación de estos especialistas mediante troncos comunes, en lo que se conoce popularmente como ‘troncalidad’. En el transcurso del VII Congreso Nacional de estos especialistas, celebrado recientemente en Valladolid, el presidente del CCEV, el catedrático y doctor Eduardo Ros Díe, expuso que “la troncalidad en Angiología y Cirugía Vascular perjudicará gravemente la formación de cirujanos vasculares angiólogos, que de ninguna manera podrán alcanzar el nivel de excelencia en las competencias que ahora mismo tienen”.
Según Ros Díe, “para estar capacitado en la aplicación de todas las terapias que actualmente somos capaces de realizar en nuestra especialidad y, además, manejar expertamente el diagnóstico con ecografía-Doppler-color y demás pruebas diagnósticas no invasivas, el residente en angiología y cirugía vascular necesita, como mínimo, cinco años para formarse”.
A juicio del presidente del CCEV, el sistema de troncalidad, que actualmente se encuentra en estudio para su aplicación en España, “haría imposible mantener a los especialistas en angiología y cirugía vascular con la formación actual. En primer lugar, al tener la troncalidad en cirugía general perderían la parte médica de la especialidad y habría que crear otra nueva especialidad: la de angiología. Además, al reducirse en dos años la estancia en un servicio de Angiología y Cirugía Vascular, tampoco habría tiempo para formarles en técnicas abiertas y cerradas y, por ello, habrían de optar, unos por la cirugía convencional y otros por la endovascular, con lo que habría que incrementar sensiblemente el número de especialistas para cubrir los dos campos”.
Ros Díe defendió el sistema de formación MIR, “que garantiza, además de la equidad en el acceso a las plazas, una formación homogénea y vigilada por las comisiones nacionales de cada especialidad. Este sistema asegura, en buena medida, la homogeneidad en los tratamientos, favorece el uso racional del medicamento y busca la eficiencia en la elección del procedimiento más adecuado para cada paciente. Además, hace imposible el intrusismo profesional y permite evaluar la forma en la que se está llevando a cabo la asistencia”.