PUBLICADO EN 'PSYCHOLOGY, HEALTH & MEDICINE'
Los pacientes obesos mejoran física y mentalmente tras la cirugía bariátrica
JANO.es · 07 abril 2015
La reducción de la capacidad gástrica es una de las opciones más duraderas para conseguir una pérdida de peso notable, según muestran diversos estudios.
La cirugía bariátrica induce la pérdida de peso mediante la reducción del tamaño o la capacidad gástrica. Ahora, un trabajo con participación española analiza también las consecuencias psicológicas de la intervención.
Alejandro Magallares, investigador de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y coautor del estudio, revisó 21 artículos científicos sobre la relación entre calidad de vida y peso –medida con el cuestionario SF-36, que ofrece una perspectiva del estado de salud de la persona– en población obesa antes (2.680 sujetos) y después (2.251 sujetos) de someterse a esta cirugía.
“Se halló un aumento tanto de la calidad de vida relacionada con los aspectos psicológicos como en los físicos después de la intervención quirúrgica”, explica Magallares a Sinc. Los resultados se publican en la revista Psychology, Health & Medicine.
La cirugía bariátrica provoca cambios dinámicos en el tamaño y la forma del estómago que pueden causar algunas complicaciones gastrointestinales postquirúrgicas, como diarrea, estreñimiento o vómitos. A pesar de ello, la investigación constató que los efectos positivos eran importantes, especialmente en lo relativo a la calidad de vida. “Tanto la salud física como la psicológica mejoran después de realizarse la operación, y ese aumento de la calidad de vida es especialmente significativo en el área física”, subraya el científico español.
Más allá de la estética
Según la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas, “la cirugía bariátrica no es una cirugía estética, no está libre de riesgos, no es fácil y no es mágica. Al igual que otros tratamientos para la obesidad, requiere de cambios en el estilo de vida y mantener dietas saludables para garantizar resultados a medio y largo plazo”.
Esta intervención está indicada sólo para aquellos pacientes con obesidades mórbidas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 40kg/m2, o bien para aquellos con obesidad grave y patologías asociadas. A las personas con IMC inferior a 35kg/m2 no se les aconseja esta intervención, pero sí otros tratamientos no quirúrgicos, farmacológicos y dietético-conductuales.