“Alrededor de dos millones de europeos tienen actualmente implantado un marcapasos. Estos pacientes son cada vez más añosos, debido lógicamente a la longevidad de la población”, explicó el doctor Jorge Silvestre, cardiólogo del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, durante la presentación de los resultados de la XXVI Reunión de la Sección de Estimulación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología.

Esta circunstancia es paralela al creciente papel que ocupa la resonancia magnética (RM). “Esta técnica actualmente constituye un pilar básico en el diagnóstico clínico, sobre todo en lo que respecta enfermedades como patología cardiaca, cáncer de mama y muchas de las dolencias que afectan a pacientes de edad avanzada. Sin embargo, hasta ahora ha tenido algunas contraindicaciones, entre ellas el hecho de llevar un marcapasos. Esto suponía un problema, teniendo en cuenta que entre el 50 y el 75% de los pacientes implantados con este dispositivo requerirán de una resonancia magnética a lo largo de su vida”, señaló por su parte el doctor Miguel A. Pastrana, radiólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro, de Madrid.

De ahí la importancia de la presentación durante esta reunión de una última generación de marcapasos compatibles con la RM que ya se están empezando a implantar en los hospitales españoles. Entre las novedades que ofrece, destaca la incorporación de un mecanismo de detección precoz de arritmias, lo que permite, entre otras cosas, diagnosticar de forma más temprana la insuficiencia cardíaca. Además, la tecnología innovadora que incorpora ha demostrado reducir la estimulación ventricular innecesaria en un 99%.

Por otro lado, estos nuevos marcapasos ofrecen un seguimiento remoto mediante una red que transmite información del dispositivo a través de Internet, sin necesidad de que el paciente salga de casa, aportando una información muy completa sobre las posibles arritmias que éste pueda padecer y todos los datos de diagnóstico del dispositivo. También ofrece la posibilidad de monitorización de la acumulación de fluido con una función que, junto con el Informe de Insuficiencia Cardíaca, recoge y muestra las posibles variaciones a través de mediciones de la impedancia intertorácica. Dichas mediciones permiten predecir un empeoramiento de la insuficiencia cardíaca antes de que aparezcan los síntomas. “Este sistema precisa de unas unidades de seguimiento remoto muy bien estructuradas, y entre sus ventajas destacan el ahorro (tanto de tiempo como de dinero) y una precocidad en el diagnóstico muy superior al seguimiento presencial”, señaló el doctor Silvestre.

Precisamente, los beneficios de la monitorización domiciliaria de los pacientes que sufren insuficiencia cardíaca o llevan implantado un marcapasos o un desfibrilador fue el objeto de varios de los estudios cuyos resultados se presentaron durante este encuentro. 

Así, según una investigación realizada con Home Monitoring en pacientes con desfibrilador, esta técnica consigue reducir hasta en un 43% las visitas presenciales. Otro trabajo, este realizado con Carelink (una red que permite el control del paciente desde su casa), demostró que este procedimiento de control remoto logra ahorrar a cada cardiólogo 17 minutos por revisión: se estima que una visita física de un paciente requiere de 25 minutos del médico, mientras que un control a distancia tan sólo significa 8 minutos para el especialista, con el beneficio añadido de que evita desplazamientos. Se estima que actualmente hay cerca de 600 pacientes controlados por este sistema en nuestro país.

A lo largo de 2009 se implantaron en España 34.112 marcapasos; la edad media del implantado es de 77 años. En cuanto a la resonancia magnética, se estima que en nuestro país cada año se someten a esta prueba 1,4 millones de personas.