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GINECOLOGIA

Mayor tiempo de uso de anticonceptivos, menor riesgo de cáncer de ovario

JANO.es · 28 marzo 2008

Un estudio publicado en "Epidemiology" indica que, por cada año que una mujer usa la píldora, su riesgo de desarrollar este tipo de cáncer disminuye un 5%

La percepción que alberga la clase política y los profesionales sanitarios sobre la carga de numerosas enfermedades —muy especialmente de aquellas catalogadas como ‘problema de salud pública’— resulta incorrecta en la gran mayoría de ocasiones. No en vano, deriva de la valoración de estimaciones y datos estadísticos sesgados y partidistas, cuando no directamente manipulados, dirigidos a lograr una mayor notoriedad de la carga que, en último término, derive en la obtención de mayores partidas económicas para luchar frente a la enfermedad. La solución, como recoge The Lancet (2007;369;956-63) en el tercer artículo de su serie sobre ‘Estadísticas de la Salud’, pasa necesariamente por la implementación de una metodología estándar que homogenice los datos estadísticos para todas las enfermedades y situaciones.

Carencias interpretativas

Los políticos y, en menor medida, los profesionales sanitarios, son responsables del establecimiento de los programas de salud pública, para los que las partidas económicas son, obviamente, limitadas —y en ocasiones, muy limitadas—. La decisión sobre el destino de la inversión queda entonces supeditada a la influencia de los resultados en salud, por lo general estimaciones y datos estadísticos elaborados por organismos y grupos de trabajo interesados.

Además, como denuncian los autores del artículo, “no sólo la población general, sino también los políticos, suelen tener problemas a la hora de interpretar los datos estadísticos”. Más aún cuando, por una parte, los datos resultan incompletos y, por otra, la metodología empleada se muestra de forma confusa o poco transparente, lo que se traduce en una información ya de por sí inadecuada para unos receptores carentes de las necesarias habilidades para su correcta interpretación.

Futuro imperfecto

Las estimaciones sobre la evolución de las enfermedades no difieren en ocasiones de las conjeturas —no puede establecerse la carga a largo plazo de, por ejemplo, un virus, pues no resulta posible predecir sus futuras mutaciones—. Es más, las decisiones suelen tomarse sobre el peor, a la par que improbable, de los escenarios posibles, lo que asegura una mayor cuantía de los fondos. Todo ello sin olvidar las estimaciones elaboradas a partir de la extrapolación de las experiencias acumuladas en situaciones y condiciones infrecuentes en el medio en el que se implementarán los programas.

En sus conclusiones, y tras abogar por la creación de grupos de trabajo independientes de los organismos encargados de la asignación de fondos y de la implementación de los programas, los autores recuerdan que “si bien todos los datos son correctos, su yuxtaposición suele ser orquestada para causar la mayor impresión posible sobre el receptor sin comparaciones válidas con otras condiciones sanitarias. Por ello, y como medida inicial, debe ignorarse toda estimación o dato que no haya sido evaluado o venga acompañado de una clara descripción de la metodología”.

Verdades… a medias

A modo de ejemplo, el artículo publicado en The Lancet recoge algunas noticias publicadas en la prensa general que, a buen seguro, ejercieron su influencia en la percepción popular (y por extensión, política):

–“El hambre mata a 6 millones de niños al año”. La noticia, publicada por la BBC en 2005, es incorrecta: la cifra de niños que mueren únicamente de inanición es en realidad muy baja. Es cierto que las estimaciones aluden al fallecimiento de 11 millones de menores de 5 años en el año 2000 y que la malnutrición fue una causa subyacente en más del 50% de las muertes… pero no lo fue en mayor medida que, por ejemplo, enfermedades infecciosas tales como la diarrea, la neumonía o la malaria.

–“El sida es, sin ninguna duda, la mayor epidemia en la historia de la humanidad”. La aseveración fue hecha en 2004 por Peter Piot, director de ONUSIDA. Y no es correcta. El sida no sólo no es una epidemia —según la definición aceptada del término— al existir durante más de 25 años, sino que los registros históricos muestran epidemias con una mayor mortalidad: el sida es responsable de la muerte de más de 20 millones de personas en todo este tiempo… pero en sólo 2 años, la epidemia de gripe de 1918 superó los 100 millones de muertos.

–“Hoy les diré inequívocamente que el riesgo de otra pandemia de gripe es de 1”. Michel Osterholm, director del Centro para la Investigación y Política sobre Enfermedades Infecciosas, estaba en lo cierto. Dado que la pandemia de gripe se presenta de manera cíclica y rutinaria, la probabilidad de que vuelva a suceder es, técnicamente y en un período de tiempo indefinido, del 100%. Sólo queda saber cuándo: 10 años, 50 años, 1.000 años…

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