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JANO.es · 24 octubre 2007

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Los “sanos” balnearios de Europa

Una de las herencias del imperio romano en Europa fue la afición a los baños. Las termas romanas no sólo sirvieron para el placer de la relajación en el agua, sino que se convirtieron en puntos de encuentro dentro de las ciudades donde se conversaba e incluso se negociaba. En el siglo xix, en Europa central vuelven a surgir los balnearios en torno a fuentes de agua curativas y la estricta y puritana sociedad europea acoge estos lugares de reposo con verdadero fervor, ya que suponen no sólo lugares de salud sino centros de evasión donde durante unos días se rompen las severas reglas morales.

Alrededor de los grandes edificios que acogen las salas de baños y lodos comienzan a surgir verdaderos complejos turísticos para la diversión de los “enfermos”. Los casinos se construyen cerca de los balnearios y se convierten en el infierno de muchos que pierden no sólo la cabeza en las mesas de juego, sino también su fortuna. En aquellas tranquilas ciudades como Wiesbaden en Alemania o Spa en Bélgica se dieron muchos casos de ludopatía, una enfermedad en la que el pobre que la padece siente haber comenzado un camino de descenso a los infiernos.

Dostoievski, víctima del juego

Fiódor Dostoievski no sabía que el viaje que iba a realizar por Europa en 1863 iba a suponer el fin de su tranquilidad. Camino de París, donde iba a encontrarse con su amada, Paulina Suslova, descansa en la maravillosa ciudad de Wiesbaden —donde Mata Hari pasó su luna de miel antes de marcharse a las colonias holandesas de Oceanía—. El joven escritor se estaba abriendo camino en el difícil mundo de la literatura, y aunque aún no había alcanzado la fama era una auténtica promesa, por lo que su bolsillo, como corresponde a todas las promesas, estaba casi vacío. Una de las noches de Wiesbaden se acercó a las mesas de juego y, como sucede en estos casos, ganó una pequeña cantidad. El impulsivo joven sintió que un mundo nuevo se abría ante él, la posibilidad de aumentar su economía de una manera aparentemente sencilla. La ludopatía se apoderó de él y jamás lograría superar la enfermedad.

La ludopatía produce en el que la padece una extraña atracción que le conduce, de una manera impulsiva y descontrolada, a jugar cantidades desmesuradas de dinero que acaba perdiendo. El afán por jugar conduce al pobre desdichado a pedir dinero prestado y comienza así un círculo de deudas, noches de juego y decrepitud del que es muy difícil salir.

El joven escritor ruso fue consciente de su problema, lo que le hizo sufrir el resto de su vida. Una vez que logró salir de Wiesbaden y se reunió a regañadientes con Paulina inició una peregrinación por todas las ciudades balneario europeas donde iba perdiendo su dinero, el de su amante y su dignidad. Una vez arruinados, Paulina no soporta más aquella situación y abandona a Fiódor, que no tiene fuerzas para apartarse de las mesas de juego. La pasión por el juego anula cualquier otro sentimiento en su vida y relega hasta el amor por la literatura. Los sueños de convertirse en un gran escritor y de ser reconocido se difuminan entre apuestas y pérdidas.

Años más tarde aceptó el encargo de escribir una novela, lo que logró hacer en el increíble tiempo de tres semanas. El jugador recoge de una manera magistral la fiebre de la ludopatía y es un claro ejemplo de las experiencias que vivió en propia carne. Dice el protagonista de su novela: “En unos cinco minutos había reunido casi cuatrocientos federicos de oro. Era el momento de irme, pero una extraña sensación se apoderó de mí, algo así como un desafío al destino, o deseo de burlarme de él, de sacarle la lengua. Hice la máxima apuesta permitida, cuatro mil florines y los perdí. En un arrebato saqué el resto, repetí la jugada y de nuevo perdí”.

No cabe duda que Fiódor Dostoievski ha pasado a la historia como uno de los grandes escritores de la literatura universal, pero fue un hombre desdichado que murió sintiéndose muy solo y con la conciencia de haber hecho desgraciados a los que le rodearon. Nunca podremos saber si aquellas eternas noches en torno al juego no nos han robado páginas increíbles de novelas que nunca pudo escribir por su terrible enfermedad.

• La ludopatía se considera una enfermedad que requiere ser tratada por un especialista.

• En España se considera que 500.000 personas son ludópata y que el 5% de la población tiene problemas relacionados con el juego.

• La ludopatía es cada vez más frecuente entre jóvenes.

• Para poder vencer la ludopatía es fundamental que el paciente sea consciente de su enfermedad y quiera curarse.

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