DIABETES
JANO.es · 15 febrero 2012
Un estudio llevado a cabo por el IDIAP Jordi Gol muestra que para reducir la incidencia en un caso, se requiere intervenir en 9,5 pacientes.
La aplicación en Cataluña del plan de prevención de la diabetes DE-PLAN (Diabetes in Europe-Prevention using Lifestyle, Physical Activity and Nutritional-intervention) ha demostrado que la intervención sobre el estilo de vida durante la práctica clínica en atención primaria reduce sustancialmente la incidencia de la diabetes tipo 2 entre los pacientes con riesgo alto.
El estudio se llevó a cabo en la Unitat de Suport a la Recerca (USR) que el IDIAP Jordi Gol tiene en Reus y Tarragona, y en él participaron centros de atención primaria de toda Cataluña.
De los 552 usuarios que aceptaron la intervención, 219 (39,7%) fueron asignados al modelo estandarizado y 333 (60,3%) al intensivo. Ambos grupos eran equiparables en edad, sexo, índice de masa corporal, puntuación obtenida en FINDRISC (16,2/15,8), indicadores glucémicos e interés por introducir cambios en su estilo de vida.
A 124 participantes se les diagnosticó diabetes; de éstos, 63 (28,8%) se hallaban en intervención estándar y 61 (18,3%) en intervención intensiva. Durante un promedio de 4,2 años, la incidencia de diabetes fue de 7,2 y 4,6 casos por 100 personas/año, respectivamente, reduciéndose en un 36% el riesgo relativo de desarrollar diabetes en el grupo de intervención intensiva respecto a la intervención convencional.
Efecto protector 'significativo'
El número necesario de participantes en tratamiento durante 4 años para reducir un caso de diabetes fue de 9,5. La intervención intensiva tuvo un efecto protector significativo sobre la incidencia de diabetes en todos los modelos multivariados analizados.
Según el Dr. Bernardo Costa, coordinador del Grupo de Investigación DE-PLANCat/PREDICE del Área de Diabetes y Enfermedades Endocrino-Metabólicas del Instituto de Investigación en Atención Primaria (IDIAP Jordi Gol) “estos resultados son muy valiosos porque demuestran que llevar a cabo una intervención intensiva sobre el estilo de vida no sólo es factible en atención primaria sino que además reduce sustancialmente la incidencia de diabetes entre los participantes con riesgo alto. Esta experiencia puede mostrar el camino a seguir a otras iniciativas que se están intentando desarrollar en otros países y refuerza la idea de que la diabetes tipo 2 se puede prevenir introduciendo cambios perfectamente asequibles en el estilo de vida”.