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Científicos del Centro Médico de la Universidad de Duke (Estados Unidos) publican haber solucionado, al menos, una pieza del rompecabezas que relaciona el reflujo gastroesofágico con el asma. Desde hace tiempo, los médicos se preguntan por qué tantos pacientes con la enfermedad respiratoria también presentan enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

 

Desde mediados de los años setenta del pasado siglo se ha descrito una relación entre ambas enfermedades. Diversos estudios señalan que la prevalencia de síntomas de ERGE en pacientes asmáticos se sitúa entre el 50 y el 90%. Sin embargo, se desconocía si una enfermedad es causa de la otra o si comparten un mecanismo de origen común.

 

Los autores del nuevo trabajo utilizaron ratones y descubrieron que las minúsculas cantidades de fluido del estómago que retornan al esófago producen cambios en el sistema inmunológico que pueden desencadenar el desarrollo del asma.

 

En sus experimentos, insertaron pequeñas cantidades de fluido gástrico en los pulmones de los animales durante un período de 8 semanas. Posteriormente, compararon los sistemas inmunológicos de los ratones con los de otros roedores expuestos a alergenos, pero no a fluido gástrico.

 

La respuesta inmunológica en los dos grupos fue muy distinta. Aquellos animales cuyos pulmones fueron expuestos a fluido gástrico desarrollaron una respuesta de los linfocitos T colaboradores de tipo 2, una reacción característica del asma. Por el contrario, los otros ratones respondieron de una manera más equilibrada, mostrando una reacción inmunológica consistente en respuestas tanto de los linfocitos T colaboradores de tipo 1 como de tipo 2.

 

Según los autores, se trata de la primera evidencia experimental en un estudio de laboratorio controlado que relaciona ambas enfermedades. "Los datos sugieren que la microaspiración crónica de fluido gástrico puede conducir a una respuesta asmática", escriben.

 

No obstante, puntualizan que sus hallazgos no significan en absoluto que todas las personas con ERGE vayan a desarrollar la enfermedad respiratoria, aunque si sugieren que esos individuos pueden presentar un riesgo mayor.