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OFTALMOLOGIA

Retinitis por citomegalovirus en pacientes con sida de países pobres

JANO.es · 05 diciembre 2007

Entre el 23% y el 32% de los enfermos de sida del sudeste asiático y entre el 2% y el 8% de los de África presentan de retinitis por CMV, enfermedad que causa ceguera en el 37% de los ojos infectados

Las mejoras en el transporte y el comercio inducidas por la globalización han ocasionado un incremento notable de la vulnerabilidad de la población mundial frente a los riesgos sanitarios globales. Numerosas son las enfermedades que, otrora fácilmente controlables o susceptibles de ser confinadas geográficamente, se expanden rápidamente traspasando las fronteras nacionales o, lo que es lo mismo, los sistemas sanitarios locales. Es por ello que, con objeto de concienciar a la población sobre la necesidad de incrementar la cooperación supranacional en materia de salud, la OMS dedicó el pasado 7 de abril, Día Mundial de la Salud, a la seguridad sanitaria internacional.

Como afirma la propia OMS, “ninguna institución o país posee toda la capacidad necesaria para responder a las emergencias de salud pública internacional. Una mayor colaboración entre los países desarrollados y en desarrollo permitirá a la comunidad mundial prepararse mejor para fortalecer los medios nacionales de detección de los brotes epidémicos y respuesta a los mismos”. Colaboración que, como advierte el lema escogido para el Día Mundial, “Invertir en salud para forjar un porvenir más seguro”, sólo resultará posible a partir de un mayor esfuerzo económico de todas las partes implicadas —países, organizaciones internacionales, sociedad civil y sector privado.

Infecciones emergentes

Tal y como ya constató en 2003 la crisis originada por el síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), que causó 251 muertos en Asia, las enfermedades infecciosas emergentes se presentan como el principal riesgo al que debe enfrentrarse la comunidad internacional. Más aún cuando se atiende a que el problema deriva no sólo de la diversificación de agentes infecciosos experimentada en los últimos años —entre 1973 y 2000 se identificaron 39 agentes nuevos con capacidad para causar enfermedades humanas—, sino también, y sobre todo, de las elevadas tasas de resistencia microbiana. Hoy, la velocidad de aparición de resistencias supera ampliamente a la de desarrollo de nuevos fármacos. El resultado es que el mundo vive en una alerta constante ante la posible aparición de una nueva pandemia virulenta, muy especialmente la de gripe desde la detección de las primeras infecciones por el virus H5N1 en Hong Kong. De hecho, y si bien el número de fallecidos hasta el momento es de 171, las previsiones más conservadoras de la OMS, establecidas a partir de los datos de las pandemias de 1957 y 1918, plantean una cifra de muertes en una posible pandemia de entre 2 y 7,4 millones.

A este respecto, la OMS recuerda que “la vulnerabilidad universal determina que los países no puedan manejar ciertos tipos de brotes como si fueran un asunto estrictamente nacional. Más aún dada la posible incapacidad de los estados afectados para implicarse en la vigilancia y el mantenimiento de una respuesta de emergencia a largo plazo”. A ello debe sumarse la insuficiente capacidad actual de producción y acumulación de vacunas y medicamentos frente a agentes específicos —caso del virus de la gripe aviaria (H5N1)—, especialmente acusada en el mundo en vías de desarrollo. En palabras de la Dra. Margaret Chan, directora general de la OMS, “la gripe aviaria y una posible pandemia, así como el grave impacto sanitario de las recientes inundaciones en Indonesia, vienen a confirmar que es el momento de centrar la atención en la seguridad sanitaria internacional”.

Cambio climático

La OMS estima que el número de fallecidos por los desastres naturales relacionados con el clima se eleva, tan sólo en los últimos años, hasta los 60.000, cifra que hace únicamente referencia a las muertes en los países en vías de desarrollo y omite, entre otras muchas, las 30.000 ocurridas en Europa durante la ola de calor de 2003. Sea como fuere, la realidad viene marcada por los cambios climáticos, fundamentalmente el calentamiento global, derivados de la actividad humana. En este contexto, la OMS alerta sobre la insuficiente respuesta que ofrecen las políticas sanitarias y reclama la adopción urgente de estrategias de conservación ambiental como las contempladas en el Protocolo de Kioto.

Investigación e intervención: GOARN

La Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN), organismo de investigación e intervención creado en 2000 por la OMS para responder a cualquier contingencia —oficial u oficiosa— que pueda suponer un riesgo global, ha proporcionado conocimientos especializados y apoyo técnico en más de 90 eventos de importancia internacional, con más de 500 expertos que prestan apoyo directo sobre el terreno en 40 países. Entre otros éxitos, y además de la prevención de brotes extensos de, entre otras enfermedades, la meningitis, la fiebre amarilla y el cólera, debe atribuirse a esta Red el control del brote de SRAG de 2003.

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