NEUROLOGÍA
Sangre de cordón umbilical para el Alzheimer
JANO.es · 27 marzo 2008
Un estudio llevado a cabo en ratones plantea esta nueva estrategia terapéutica con la que se consiguió reducir los niveles de proteína beta amiloide y las placas de amiloide
Han pasado cuarenta años desde que Neil Young irrumpió con timidez en la escena musical como miembro del magnífico Buffalo Springfield.
Entre tanto ha habido de todo: nervio, polio, creatividad, personalidad, drogas, pérdidas de amigos por la aguja, hijos con parálisis cerebral, divorcios, giras enloquecidas, paranoia, incontenible energía… Hasta llegar a Chrome Dreams II, su último trabajo, una obra mayor.
En abril de 2005 vivió un momento casi trágico, cuando fue operado de un aneurisma cerebral. Muchos —incluido él mismo— pensaron que era el final del camino. Pero no. En estos dos últimos años, Young se ha visto inmerso en una tremenda actividad creativa, publicando el acústico Praire Wind (incluido un DVD filmado por su amigo Jonathan Demme), el agresivo Living with War, la apertura del cajón de cofres con conciertos añejos y, ahora, la grabación de Chrome Dreams II.
El título evoca aquel primer Chrome Dreams, un álbum grabado en 1977 que nunca vio la luz, a pesar de contener joyas (publicadas más tarde en diferentes discos) como “Too Far Gone”, “Sedan Delivery”, “Someday” o “Powder- Finger”. Y, sí, el nuevo disco evoca aquellos tiempos, al mejor Young de los setenta.
Muchos pensaban que Young no volvería a empuñar su Gibson negra nunca más, pero se equivocaron. Ha juntado una banda espectacular junto a amigos como el batería Ralph Molina, de Crazy Horse, la steel de Ben Keith o el bajo de Rick Rosas, recreando el sonido por el que siempre será recordado el viejo Neil.
Por supuesto, el álbum se beneficia de extraordinarias composiciones, que van desde la belleza de “Beautiful Blue- Bird” o “Even After” hasta los watios de “No Hidden Path” u “Ordinary People”. Y es aquí, en estos últimos temas, donde Young vuelve a demostrar que está en forma. Vuelven las largas letanías sonoras, los más de 15 minutos de emociones, los fraseos desesperados, esa guitarra que corta como un cuchillo.
Si algún neófito desea acercarse al “sonido Young”, en Chrome Dreams II encontrará muchas de las razones que le han llevado a ser considerado como uno de los grandes genios de la historia contemporánea de la música. El rock and roll más auténtico siempre estará a salvo mientras gente como Young siga manteniendo este espíritu, tan creativo como indómito, ejemplo permanente para las nuevas generaciones. El mejor Young ha vuelto.
Edición discográfica: Chrome Dreams II. Neil Young. Reprise/Wea. 17,95 euros.