En los últimos 30 años la incidencia de la dermatitis atópica se ha triplicado en España. Esta patología, que afecta a un 15% de la población, "se da en más de un 90% de los casos en niños", asegura José Carlos Moreno, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Por ello, según apunta José Diniz Almeida, secretario ejecutivo de la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA), "hay cada vez más demanda de información y la gente va siendo más consciente".

La dermatitis atópica, cuyo Día se celebra hoy martes, 18 de octubre, se manifiesta a través del picor y las inflamaciones de la piel. "El niño se rasca como un poseso", explica el doctor Moreno. La enfermedad comienza a desarrollarse "desde el nacimiento y produce roturas en la piel que hacen al niño más propenso a las infecciones", argumenta. Además, el galeno observa otros síntomas como la sequedad de la piel y el carácter de los niños. "Los pacientes se muestran inquietos y nerviosos", describe.

Esta enfermedad cutánea tiene una influencia genética, ya que "los niños que la padecen presentan mutaciones genéticas que modifican la composición de los lípidos", explica María A. Martín Mateos, especialista en Inmunología y Alergia Pediátrica del Hospital San Juan de Dios y el Hospital Clínico de Barcelona. Además, aparece más veces en niños con pocos hermanos que en familias numerosas. "El exceso de antibióticos hace que las defensas estén bajas", matiza Moreno.

El tratamiento depende de la forma como se desarrolla la enfermedad. En cualquier caso, Moreno no descarta de entrada el uso de corticoides tópicos, ya que "tienen menos efectos secundarios de lo que la gente cree" y sólo aconseja el consumo de inmunodepresores en casos graves.

Eva Escribano, pediatra de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, considera que para tratar la piel directamente es indispensable el uso de "cremas dermatológicamente testadas". A todo ello hay que añadir "una buena higiene y un control continuo", explica Martín Mateos.

Esta patología lleva consigo una serie de enfermedades asociadas como el asma, la rinoconjuntivitis o las alergias. Entre estas últimas se pueden desarrollar muchas como la de los ácaros, por ello, se recomienda "la prevención. Limpiar el polvo reduce los riesgos, si bieno es efectivo al cien por cien", explica Martín Mateos.

En cuanto a la dieta, los alimentos que suelen producir reacciones son "la leche en los niños de menos de 12 meses y el huevo hasta los cinco años de edad", asegura la especialista. A este respecto, Escribano aconseja diferenciar entre la alergía clínica -en la que el niño no puede consumir el alimento al que es alérgico- y la sensibilización -en la que el paciente consigue tolerar el alimento.

A pesar de que la dermatitis atópica no tiene cura, la enfermedad "desaparece en más de un 70% de los casos tras la pubertad". Los expertos no encuentran una explicación concreta pero Moreno aventura que "puede producirse por que a esta edad la piel se hace más grasa".