GINECOLOGÍA
JANO.es · 29 abril 2009
El 7,7% de las mujeres de 50-59 años utiliza terapias hormonales no convencionales sin aprobar
Un estudio efectuado por investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) y publicado en el último número de la revista Climacteric (2009;12:122-130) demuestra que cada vez menos mujeres usan terapia hormonal de sustitución (THS) para aliviar los síntomas de la menopausia. En cambio, optan por tratamientos alternativos no comprobados.
Los resultados surgen de una investigación en la que se entrevistaron a miles de voluntarias desde 1991. El uso de la THS entre esas mujeres llegó a su nivel máximo en el 2000, cuando la recibía el 22% de las mayores de 50 años. Así, y ya en 2004, siempre de acuerdo con los datos del estudio, sólo el 15,8% de las mayores de 50 seguía la THS, mientras que el uso de alternativas no comprobadas seguía siendo infrecuente.
Sin embargo, y ya en 2008, el uso de la THS convencional entre las mayores de 50 bajó aún más, al 11,8%, y la cantidad de mujeres que acudía a tratamientos no aprobados, como las “terapias hormonales bioidénticas” o suplementos herbáceos se elevó hasta el 4%.
Para los autores, dirigidos por el Dr. Alistair H. MacLennan, esa reducción desde 2000 estaría asociada con informes tempranos y confusos derivados del gran estudio Women's Health Initiative (WHI), desarrollado en Estados Unidos y suspendido antes de lo esperado tras conocerse que la THS tenía más efectos adversos que beneficios.
Desde entonces, indican los autores, “a pesar de datos recientes más veraces y de una reinterpretación de los resultados del WHI con un equilibrio más favorable de riesgos/beneficios para la gran mayoría de las mujeres que inician la terapia hormonal cerca de la menopausia, la imagen pública de la terapia hormonal en los medios y la sociedad se mantuvo crítica, desinformada o mal informada”.
Datos malinterpretados
Como explica el Dr. MacLennan, las participantes del WHI ya habían dejado atrás la menopausia en unos 13 o 14 años antes del inicio del estudio. En ese momento, los investigadores no se habían dado cuenta de que “la THS puede prevenir el engrosamiento de las arterias que se acelera después de la menopausia cuando los niveles de estrógeno bajan rápidamente”, pero sólo si el tratamiento comienza unos cinco años después de la menopausia.
En las mujeres que ya están hace años en la posmenopausia, como las participantes del WHI, “la THS no puede abrir arterias tapadas o mejorar arterias enfermas y dañadas por aterosclerosis posmenopáusica”, indicó el Dr. MacLennan.
Desafortunadamente, el equipo ha hallado que el 7,7% de las mujeres de 50-59 años, “el período de edad más seguro” para iniciar THS, usa terapias hormonales no convencionales sin aprobar. Asimismo, el Dr. MacLennan ha destacado también que las estadísticas del riesgo en estudios médicos a menudo hablan de “un riesgo relativo” que representa el nivel de peligro comparado con el de un grupo de control. “Y para conocer si es clínicamente significativo”, es decir, si los resultados producen algún cambio que altere la vida de una mujer, “hay que calcular el riesgo absoluto”.
“El riesgo relativo en el WHI fue de 1,26 y fue mal (y peligrosamente) interpretado por algunos medios de comunicación y la opinión pública para afirmar que el 26% de las mujeres tratadas con THS desarrollarían cáncer de mama. El peligro en verdad depende del riesgo heredado de cada mujer de desarrollar la enfermedad y del tipo de THS que usa y su duración”, concluyó el Dr. MacLennan.