• 

Según expertos reunidos en Barcelona, con la llegada del otoño aumentan las consultas médicas de los pacientes afectados por la dermatitis atópica, una enfermedad crónica e inflamatoria de la piel que debe tratarse de por vida y que tiene un importante impacto sobre la calidad de vida de las personas que la sufren. Así lo advierten desde ADEA, la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica, con motivo de la campaña informativa “Dermatitis Atópica. Acércate y aleja los brotes”, cuyo objetivo es concienciar acerca de la importancia de prevenir los brotes de este trastorno dermatológico cuyo síntoma más frecuente es el picor intenso.

 

En España, los expertos estiman que entre el 5% y el 10% de la población general presenta dermatitis atópica, aunque apuntan que no se manifiesta por igual en todas las edades. De hecho, es la enfermedad crónica de la piel más frecuente en los niños, ya que la sufren un 18% de los menores de dos años, lo que conlleva que el 20% de las consultas de dermatología pediátrica se corresponden con esta enfermedad. Al llegar a la adolescencia, dos de cada tres niños dejan de tener brotes, mientras que sólo uno de cada cinco enfermos son adultos.

 

El otoño es la época en la que se producen más consultas médicas, debido al frío, a la mayor humedad en el ambiente, al aumento de uso de la calefacción y al contacto con tejidos (lana), factores que alteran la piel atópica. Septiembre es además el mes de la reincorporación al trabajo en adultos y al colegio en niños, lo que puede suponer un estrés emocional, otro factor que provoca reagudizaciones.

 

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica que cursa en brotes, y que surge porque el sistema inmunitario del paciente responde de forma exagerada a los estímulos externos, ya sean sudoración, sustancias irritantes o gérmenes. Según el Dr. Francisco Bernabeu, coordinador de Pediatría del Centro de Atención Primaria Les Hortes, de Barcelona, tras la remisión del brote y una vez tratada la inflamación visible, las zonas de piel afectadas tienen una apariencia externa normal. Sin embargo, bajo la piel de dichas zonas, y desde el punto de vista inmunológico, sigue persistiendo una inflamación subclínica que, a la larga, propicia la aparición de nuevos brotes de la enfermedad ante la presencia de cualquier desencadenante.

 

Lo habitual era tratar la enfermedad con corticoides tópicos o inmunomoduladores durante los brotes, pero se ha comprobado recientemente que las exacerbaciones pueden prevenirse, reducirse y espaciarse tratando la enfermedad entre brotes, cuando es asintomática. En este sentido, la Dra. Asunción Vicente, dermatóloga del Hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, ha explicado que “es importante intentar prevenir los brotes, para lo cual hay que iniciar el tratamiento antes de que comiencen”. 

 

Sin embargo, la realidad es que, según explica José Diniz Almeida, secretario general de ADEA, “como todas las enfermedades crónicas, en las que no peligra la vida, puede haber una cierta relajación en los hábitos” de los pacientes en los períodos en los que no sufren brotes. Entre los errores más frecuentes de enfermos y familiares se encuentra la idea, muy extendida, de que las cremas hidratantes sirven para paliar los síntomas cuando se manifiesta la enfermedad. “La crema hidratante sólo sirve para tratar la sequedad de la piel”, advierte la Dra. Vicente, “e incluso no debe ser utilizada sobre las lesiones activas de la enfermedad, porque puede empeorarlas y aumentar el picor”. 

 

La dermatitis atópica puede tener un gran impacto en la calidad de vida del paciente. “Influye en el entorno laboral, en la pareja y en los amigos. Es una enfermedad que afecta más porque es una enfermedad visible”, dice la Dra. Vicente. Según datos expuestos por el Dr. Bernabeu, se calcula que un niño afectado duerme mal 49 noches al año debido a la enfermedad. Además, los pacientes pierden un promedio de tres días laborales o escolares debido al eccema.

 

Por otro lado, según el citado especialista, es habitual que “los padres no entiendan que les digas que, desde lactante, su hijo tiene una enfermedad crónica de la piel, y que van a tener que tratarlo con cremas desde pequeño. Es muy difícil de asumir”.

 

En la actualidad, se desconoce la causa de la dermatitis atópica, si bien parece tener un componente hereditario. Cuando uno de los progenitores padece la enfermedad, los hijos tienen un 40% de probabilidades de sufrirla, y la cifra se eleva al 80% cuando los dos progenitores están afectados. El estilo de vida occidental es determinante (exceso de higiene, humedad, calor, elevada edad de la madre…), pues es mucho menos prevalente en países en vías de desarrollo y existen más casos en áreas urbanas que en el medio rural, destaca la Dra. Vicente.

 

El principal objetivo de la campaña informativa “Dermatitis Atópica. Acércate y aleja los brotes” es dar a conocer la enfermedad a la sociedad en general y concienciar a los pacientes de la importancia de que el paciente tenga un buen control de su enfermedad y no abandone los tratamientos que determine el médico.

 

La campaña recorre un total de diez ciudades españolas, donde especialistas en pediatría y dermatología impartirán charlas-coloquios a los que podrán asistir familiares y pacientes con dermatitis atópica o cualquier persona interesada en la enfermedad.

 

Según José Diniz, el objetivo es animar a los pacientes a que “cumplan los tratamientos, que demanden más información a sus médicos y que tengan la oportunidad de preguntar en vivo y en directo a dos especialistas en la materia”.