PUBLICADO EN 'NATURE CANCER'
Un estudio del Sloan Kettering liderado por Joan Massagué descifra el origen del cáncer por metástasis
JANO.ES · 16 enero 2020
El trabajo concluye que las células iniciadoras se propagan cooptando las capacidades naturales del organismo para la curación de heridas.
Los científicos del Instituto Sloan Kettering de Nueva York, liderados por el científico español Joan Massagué, han descubierto que las células que inician el proceso de metástasis se valen de procesos naturales propios de la reparación de heridas. El hallazgo abre una vía para encontrar un tratamiento contra la metástasis, responsable de alrededor del 90% de las muertes por cáncer. "Ahora entendemos la metástasis como la regeneración del tejido equivocado (el tumor) en el lugar equivocado (los órganos vitales distantes). Esto no es solo una metáfora. Es literalmente cierto en términos moleculares y fisiológicos", explica Massagué en un artículo publicado en la revista Nature Cancer.
Indicios anteriores apuntaban a que los cánceres podrían utilizar vías de curación de heridas para apoyar su crecimiento. En la década de 1980, el investigador estadounidense Harold Dvorak denominó a los tumores «heridas que no sanan». Sin embargo, los nuevos hallazgos presentan la primera imagen detallada de cómo funciona este proceso en el nivel de células y moléculas.
Para entender el descubrimiento, los investigadores trazaron las similitudes entre las heridas y la metástasis. Las heridas comunes son esencialmente una brecha que separa a unas células de forma repentina. Estas células se desplazan y forman nuevos tejidos para cerrar la herida, mientras que en la metástasis, las células dañadas por el cáncer se desplazan a otros órganos para formar nuevos tejidos que derivan en tumores.
El progreso de la metástasis depende de que las células cancerosas se separen con éxito de sus células vecinas, atraviesen las capas de tejido que las separan de la circulación y, luego de una travesía por la sangre o el líquido linfático, salgan de estos vasos para echar raíces y comiencen a crecer en la nueva ubicación. Menos del 1% de las células cancerosas sobreviven al proceso.
La molécula L1CAM
"Una vez que las células cancerosas aprenden a sobrevivir al estrés de un ambiente extraño, es muy difícil deshacerse de ellas", afirma Karuna Ganesh, médico-científica del Programa de Farmacología Molecular del Instituto Sloan Kettering y una de las autoras del artículo. "Son una entidad completamente diferente del tumor en el que comenzaron", concluye.
La relación entre la metástasis y las heridas comunes se descubrió gracias a la molécula L1CAM, que se produce en la separación de células y es necesaria tanto para la reparación de las heridas como para la propagación de las células cancerosas. A partir de esta premisa, los investigadores intentaron descubrir si esta molécula también está involucrada en el origen de los tumores primarios, desde los que se produce la metástasis. Tras experimentar con ratones, descubrieron que no: los tumores se formaron bien sin la molécula. Ésto llevó a los investigadores a concluir que las células madre que forman los tumores son diferentes de las que forman las metástasis.
En definitiva, el estudio demuestra que la metástasis no deriva de mutaciones genéticas sino de una reprogramación de las células –como en las heridas comunes que se producen en la piel por cortes o golpes–, que les permite regenerarse creando metástasis.