Medicina y humanidadesSIDA
Un estudio descarta que los antirretrovirales causen problemas psiquiátricos en los niños con VIH
JANO.es · 08 febrero 2012
Según investigadores estadounidenses, no existe relación el uso de estos fármacos y el hecho de que la población infantil con el virus presente síntomas de depresión.
Los antirretrovirales utilizados para tratar a niños con VIH no generan en esta población un mayor riesgo de desarrollar problemas psiquiátricos, según un estudio de la Stony Brook University, en Nueva York, cuyos resultados se publican en Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.
Los científicos estaban preocupados por el alto porcentaje de niños con VIH que presentaban, además, problemas psiquiátricos. Según una de las autoras del estudio, Sharon Nachman, la pregunta que se hicieron fue: '¿se debe al VIH, a los antirretrovirales o a otros factores?'.
En un estudio anterior, este equipo de científicos había descubierto tasas elevadas de problemas psiquiátricos similares en niños que habían contraído el VIH o tenían a un miembro de su familia con VIH, lo que sugería que el estrés ambiental podría jugar algún papel en esta situación.
Para desarrollar el trabajo, el equipo de Nachman observó, de forma específica, a 319 niños y adolescentes entre los 6 y los 17 años de edad con VIH. Uno de cada tres presentaba por lo menos un problema psiquiátrico, como depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Además, los investigadores revisaron la historia clínica de estos niños y los marcadores de la gravedad de su situación, como la carga viral o la cantidad de células con que contaban para combatir infecciones, conocidas como CD4.
Carga viral y sistema inmune
El equipo no halló relación entre los antirretrovirales que los niños estaban tomando para controlar su enfermedad y los problemas psiquiátricos. Al observar la severidad de la enfermedad, medida en función de la carga viral o del funcionamiento del sistema inmune, los resultados fueron dispares.
Por ejemplo, los chicos que iniciaron este estudio con un menor porcentaje de células CD4 -reflejo del número de células que combatían la infección en la sangre- padecían una depresión menos severa, mientras que los menores con elevados niveles de virus en sangre presentaban una depresión más severa.
No obstante, la severidad de la enfermedad pareció jugar un papel clave en lo que respecta a capacidades cognitivas centrales, como la función ejecutiva. Así, los niños que presentaban una enfermedad más grave al iniciar el estudio obtuvieron peores resultados en los test ligados a la función ejecutiva, como recordar una secuencia de números.
Este estudio no prueba la existencia de una relación causa y efecto, si bien la autora considera que sí sugiere que la infección con VIH podría afectar al cerebro.
