PUBLICADO EN 'JOURNAL OF ACQUIRED IMMUNE DEFICIENCY SINDROMES'
Un estudio en población del sur de Mozambique muestra que la mitad de los diagnosticados con VIH no empieza el tratamiento
SINC · 31 julio 2018
La agencia ONU-Sida ha fijado para 2020 el objetivo 90-90-90: diagnosticar al 90% de personas viviendo con VIH, tratar al 90% de las mismas, y lograr la supresión viral en el 90% de las personas tratadas. Pero para ello es necesario aumentar la proporción de personas que, una vez diagnosticadas, inician el tratamiento. En Mozambique, por ejemplo, se calcula que poco más de la mitad de personas con VIH inician el tratamiento tras ser diagnosticadas, y que menos de la mitad sigue tomándolo 3 años después.
El equipo coordinado por Denise Naniche, investigadora de ISGlobal, se propuso evaluar si el lugar en que la persona recibe su diagnóstico de VIH influye en el inicio y adherencia a los cuidados y tratamiento de VIH. Los resultados se han publicado en Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes. El estudio se realizó en el sur de Mozambique, e incluyó más de mil adultos que acababan de ser diagnosticados en la clínica, bien por recomendación del personal sanitario o por decisión propia, o que habían sido diagnosticados en sus casas.
Tres meses después, apenas el 44% de las personas diagnosticadas había realizado una visita médica y solo 25% inició terapia antiretroviral. El inicio de cuidados médicos y tratamiento fue particularmente bajo entre aquellas personas viviendo con VIH que fueron diagnosticadas en casa, y que representan una población más envejecida y con menor conocimiento de la enfermedad que la que acude a la clínica. Sin embargo, en aquellos individuos que iniciaron el tratamiento, el 84% seguía tomándolo 12 meses después.
“Estos resultados son similares a lo que se ha observado en otros países africanos con alta prevalencia de VIH”, señala Naniche. “Indican que donde más perdemos a los pacientes es en las primeras fases tras el diagnóstico, independientemente de dónde o cómo se haya hecho el test”, añade.
También muestran que las personas que se hacen el test en casa representan una población diferente desde el punto de vista socio demográfico, y que es necesario desarrollar intervenciones como mensajes de SMS para ayudarles a iniciar el seguimiento médico y el tratamiento.