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MEDICINA INTENSIVA

Una aplicación permite calcular la probabilidad de que un paciente grave con COVID-19 requiera intubación en la UCI

CIBERES · 19 abril 2021

Investigadores del Hospital Clínic-IDIBAPS, en colaboración con el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), han desarrollado una calculadora para predecir la probabilidad de que los pacientes con COVID-19 con fallo respiratorio agudo requieran intubación. La iniciativa se ha llevado a cabo después de evaluar la viabilidad de estrategias menos invasivas como alternativa a la intubación en estos pacientes.

Los resultados de dos estudios publicados en Critical Care y el Journal of Intensive Care demuestran que el uso de la oxigenación nasal de alto flujo, como técnica menos invasiva frente a la intubación, permite reducir los días con necesidad de ventilación y acortar la estancia en la UCI en este grupo de pacientes. Además, los investigadores han identificado una serie de predictores para determinar qué pacientes tienen una mayor probabilidad de requerir intubación según su estado al entrar en la UCI.

Los trabajos han sido realizados gracias al trabajo en red de 36 hospitales de España y Andorra promovido por la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR).

Carlos Ferrando, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Quirúrgicos del Hospital Clínic de Barcelona, investigador del grupo sobre Mecanismos fisiopatológicos de las enfermedades respiratorias y del CIBERES es, junto a otros anestesiólogos, uno de los coordinadores del proyecto. El primer autor de ambos estudios es Ricard Mellado-Artigas, del mismo grupo.

Los investigadores destacan que la COVID-19 ha causado miles de casos de fallo respiratorio agudo con una alta mortalidad asociada. Los pacientes en esta situación requieren soporte ventilatorio durante largos periodos de tiempo, lo que provoca, junto a la elevada incidencia de casos, que haya una importante presión en las UCI de los hospitales de todo el mundo.

Estrategias menos invasivas para la respiración asistida

La oxigenación nasal de alto flujo reduce la necesidad de intubación endotraqueal en pacientes con fallo respiratorio agudo. Además, permite evitar los riesgos asociados a la ventilación mecánica, como el delirio o el deterioro cognitivo, la debilidad adquirida tras el ingreso en la UCI o infecciones secundarias.

"Al inicio de la pandemia, hubo un uso limitado de las terapias de soporte respiratorio menos invasivas. En nuestra opinión, esto se debió a dos motivos fundamentales: en primer lugar, el miedo lícito por parte del personal sanitario a incrementar el riesgo de contagio. Y en segundo lugar, a la literatura previa de pacientes con distrés respiratorio donde el fracaso de estas terapias asociaba un incremento de la mortalidad", señalan los investigadores.

El objetivo del estudio publicado en Critical Care fue evaluar si la oxigenoterapia de alto flujo era una intervención apropiada para los pacientes con COVID-19 con fallo respiratorio agudo. Los resultados, tras el seguimiento a 122 pacientes ingresados en las UCI de 36 hospitales, demostraron que la oxigenoterapia de alto flujo, en comparación con la intubación temprana, redujo tanto los días con ventilación asistida como los días de ingreso en la UCI.

"Nuestro objetivo fue comprobar si había algún beneficio al utilizar una estrategia menos invasiva y, una vez demostrado, el siguiente paso era determinar si éramos capaces de predecir en qué pacientes podíamos utilizar esta intervención", explica Ferrando.

Calcular la probabilidad de que un paciente requiera intubación

Así, el mismo grupo de hospitales llevó a cabo un estudio con 259 pacientes para establecer qué parámetros permitían predecir la necesidad de ventilación mecánica según su estado al entrar en la UCI para determinar qué estrategia era la más adecuada en cada caso.

De los 259 pacientes, el 54 por ciento (140) necesitaron soporte respiratorio mediante intubación. Los principales predictores de intubación fueron los índices SOFA, que evalúa la aparición y evolución del fallo multiorgánico en pacientes de UCI, y ROX, que combina información de los parámetros respiratorios y la oxigenación del paciente. "A diferencia de otros estudios en pacientes no-COVID, una baja oxigenación en el ingreso no supuso un marcador fiable para la intubación", explica Mellado-Artigas.

En base a estos parámetros se ha desarrollado un modelo para predecir la intubación en pacientes con COVID-19 grave y que ayude a la toma de decisiones sobre qué intervención es la más adecuada en la entrada en la UCI. "Se requieren nuevos estudios para confirmar la utilidad de esta calculadora en nuevos grupos de pacientes", concluye Ferrando.

Referencias:

Crit Care. 2021 Feb 11;25(1):58. doi: 10.1186/s13054-021-03469-w

J Intensive Care. 2021 Mar 5;9(1):23. doi: 10.1186/s40560-021-00538-8

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