OTORRINOLARINGOLOGÍA
Una de cada cinco personas sufre una disfunción del olfato
JANO.es · 22 noviembre 2012
Un estudio en el que han participado 10.000 personas demuestra la existencia entre la población general de una alta prevalencia de problemas para la detección (19,4%), el reconocimiento/memoria (43,6%) e identificación (48,8%) de olores.
El sentido del olfato puede parecer secundario, pero proporciona información sobre el entorno, nos advierte sobre peligros químicos o comida en mal estado e incluso podría ayudarnos a encontrar pareja. Ahora, un estudio transversal coordinado por el Dr. Joaquim Mullol, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínic de Barcelona, muestra que casi una de cada cinco personas sufre un cierto nivel de disfunción olfatoria. Asimismo, OLFACAT (nombre que recibe el estudio) establece los principales factores de riesgo para la anosmia (pérdida total del sentido del olfato) y la hiposmia (pérdida parcial del olfato). Con más de 10.000 participantes, se trata del mayor estudio europeo sobre el sentido del olfato en la población general.
La encuesta constaba de cuatro olores microencapsulados (rosa, plátano, perfume y gas) y dos cuestionarios sobre la percepción de los olores y el estado epidemiológico/de salud de los encuestados. Los términos normosmia, hiposmia y anosmia se utilizaron cuando los participantes detectaron, reconocieron o identificaron los cuatro, de uno a tres o ninguno de los olores, respectivamente.
Los resultados del análisis estadístico muestran, de acuerdo con otros estudios, que las mujeres obtuvieron mejores resultados en las pruebas olfativas que los hombres del mismo grupo de edad. Esta diferencia por sexos se mantiene en todas las edades, y aumenta considerablemente tras la séptima década de vida.
El olfato se considera normal en el 80,6% (detección), 56% (reconocimiento/memoria) y 50,7% (identificación) de los encuestados. La prevalencia de la disfunción del olfato fue de 19,4% para la detección (0,3% anosmia, 19,1% hiposmia), 43,5% para la memoria/reconocimiento (0,2% anosmia, 43,3% hiposmia) y 48,8% para la identificación (0,8% anosmia, 48% hiposmia).
Por último, se observó una disminución significativa relacionada con la edad en la capacidad de detectar los olores: el reconocimiento e identificación de olores aumentaba progresivamente hasta la cuarta década y se reducía después de la sexta década de la vida.
En conclusión, la disfunción olfativa en la población general ha resultado ser mucho más frecuente de lo que se había detectado anteriormente. El estudio OLFACAT estima que 1,2 millones de catalanes adultos, 7,7 millones de españoles y más de 82 millones de ciudadanos de la UE sufren una disfunción del olfato; de éstos, 20.000 catalanes, 120.000 españoles y 1,5 millones de ciudadanos de la UE acusan una pérdida total de este sentido.
Ser hombre, tener una historia de pérdida del olfato y la autopercepción de tener un olfato malo son factores de riesgo de de la pérdida olfativa; un bajo nivel educativo, la autopercepción de tener un olfato malo y el embarazo son factores de riesgo de perder la memoria/reconocimiento de los olores; y finalmente, la edad avanzada, la autopercepción de tener un olfato malo, haber sufrido un traumatismo craneoencefálico y tener una historia de pérdida del olfato son factores de riesgo de perder capacidad de identificación de los olores. Sorprendentemente, tanto el tabaquismo como la exposición a sustancias nocivas son factores de protección leve para la memoria/reconocimiento de los olores.