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Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) constituyen el último peldaño hospitalario en el tratamiento del enfermo crítico, provenga de la disciplina médica que provenga, llegando a ser consideradas un importante bien social. A pesar de lo que se cree, la supervivencia de los pacientes que ingresan en ellas –incluidos los menos graves- varía entre el 80 y el 90%, intervalo que se reduciría considerablemente de no pasar por allí.

 

España cuenta con más de 250 unidades de Cuidados Intensivos. Esto supone que el 2,6% de las camas de los hospitales públicos y el 6,1% de las de la sanidad privada se destina a esta especialidad, con una media aproximada de 12 por centro, según datos de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC).

 

Con el objetivo de dar a conocer a los profesionales, y a la población general, los últimos avances experimentados en el ámbito de esta especialidad, el Palacio de Congresos de Valencia acoge la celebración del XLIII Congreso Nacional de la SEMICYUC hasta el 11 de junio. Bajo el lema "Conocimiento y tecnología de vida", se espera que asistan cerca de 2.000 especialistas.

 

Son responsables locales de la organización de este congreso los cinco hospitales de la red sanitaria pública de Valencia. "Ya en 1978 organizaron con brillantez nuestro encuentro anual, y esperan mejorarlo 30 años más tarde", señaló el Dr. Constantino Tormo, presidente del Comité Organizador Local y jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario Doctor Peset, en la rueda de prensa de presentación del XLIII Congreso Nacional de la SEMICYUC.

 

Los cinco centros hospitalarios suman alrededor de 100 camas de cuidados intensivos, y reciben 4.600 ingresos anuales. Asimismo, disponen de un total de 270 profesionales de enfermería, y cuentan con aproximadamente 120 médicos. De éstos, "en torno al 30% se encuentra en fase formativa, lo que indica que se le da mucha importancia a la docencia y a la investigación", destaca. Con estos antecedentes, "pretendemos aportar a este importante evento nuestra experiencia profesional y científica".

 

A punto de que se haga público el Decreto sobre troncalidad que prepara el Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, la SEMICYUC aclara que sólo estará cómoda en este nuevo contexto siendo una especialidad primaria y pluridisciplinaria acorde con Europa. "El médico que quiere tratar a pacientes graves con riesgo de muerte desarrolla su vocación como intensivista. Tanto Anestesia como Intensiva son dos especialidades que deben seguir existiendo", según el Dr. Pedro Galdos, presidente de la sociedad científica.

 

Los pacientes llegan a estos servicios en un estado crítico, por lo que requiere de un gran número de cuidados asistenciales y farmacológicos, así como de equipamiento tecnológico. Debido a estos factores, los servicios de Medicina Intensiva generan un alto coste dentro de los presupuestos hospitalarios que podría reducirse si los profesionales sanitarios que trabajan aquí pudieran tratar al enfermo presuntamente grave antes de que llegue a un estado crítico y requiera de los servicios de la UCI.

 

"Si un especialista en cuidados intensivos no sólo ejerce su trabajo en la UCI, sino que junto con el resto de profesionales sanitarios de otras áreas hospitalarias, trata al enfermo cuando aún no esté grave y comienza su tratamiento de forma precoz, éste puede llegar en muchas mejores condiciones a la UCI o incluso puede que no llegue a un estado crítico", según apuntó el Dr. Galdos. "Necesitamos que gerentes y gestores nos indiquen cuáles son sus necesidades en cuanto al enfermo grave para que nosotros podamos ofrecerles soluciones con la cartera de servicios de la que disponemos".

 

El especialista en Medicina Intensiva es un profesional pluridisciplinar y polivalente encargado de dar soporte vital a los pacientes críticos cuya situación pueda ser potencialmente reversible dentro de las Unidades de cuidados Intensivos. "Tratamos a enfermos con afecciones muy diferentes, por lo que tenemos que tener conocimientos muy amplios", subraya el Dr. Galdos. "En España, la formación de los médicos intensivistas está por encima de la media del resto de países de la Unión Europea. De hecho, hay una tendencia de los expertos internacionales de seguir el modelo que los intensivistas tienen en nuestro país".