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Un trabajo publicado en el "British Medical Journal" muestra que más de la mitad de las muertes prematuras de mujeres por enfermedades crónicas, como el cáncer o la patología cardiovascular, podría evitarse si la población femenina no fumara, controlara su peso, practicara ejercicio y llevara una dieta sana, baja en carne roja y grasas trans.

 

Firman el estudio investigadores de la Facultad de Salud Pública de Harvard y del Brigham and Women's Hospital de Boston(Estados Unidos), que basan sus resultados en datos de cerca de 80.000 mujeres que tenían entre 34 y 59 años de edad en 1980, cuando entraron a formar parte del Nurses' Health Study.

 

Las participantes rellenaron detallados cuestionarios de seguimiento cada dos años acerca de su dieta, frecuencia de actividad física, consumo de alcohol, peso, tabaquismo e historia de enfermedades.

 

En el período de seguimiento, de 24 años de duración, se documentaron 8.882 muertes, entre ellas 1.790 por enfermedad cardíaca y 4.527 por cáncer.

 

Los autores estiman que el 28% de esas defunciones podrían haberse evitado si las mujeres nunca hubieran fumado, y que el 55% podría haberse prevenido mediante una combinación de estilos de vida que implica no fumar nunca, practicar ejercicio, llevar una dieta sana y mantener un peso normal. El consumo de alcohol no influyó de forma significativa en el riesgo de muerte por enfermedad crónica, aunque muchos estudios han asociado un alto consumo con un mayor riesgo de muerte por cáncer. Indican que aquellas mujeres que lo consumían de forma leve-moderada (hasta una consumición al día) tuvieron menos probabilidades de morir por causa cardiovascular que las totalmente abstemias.

 

Los investigadores resaltan que el tabaco es la principal causa de muerte prematura, pero que los otros factores citados también contribuyen de forma sustancial.