NEUROLOGÍA
Vivir cerca de zonas verdes reduce en un 16 por ciento el riesgo de ictus
ISGlobal · 16 marzo 2022
Un estudio realizado en Cataluña ha analizado la exposición a tres contaminantes atmosféricos en los domicilios de 3,5 millones de personas.
Investigadores de Barcelona han determinado en un estudio que el riesgo de sufrir un ictus isquémico se reduce un 16 por ciento entre aquellas personas que tienen zonas verdes a menos de 300 metros de su domicilio.
Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, el Hospital del Mar, la Agencia de Calidad i Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), han publicado sus resultados en Environment International.
Han tenido en cuenta la información de la exposición a tres contaminantes atmosféricos relacionados con el tráfico de vehículos en más de 3,5 millones de personas seleccionadas entre los 7,5 millones de residentes en Cataluña de más de 18 años que no habían sufrido un ictus antes del inicio del estudio.
En concreto, han analizado el impacto de los niveles de las partículas de menos de 2,5 micras (PM2,5), del dióxido de nitrógeno (NO2) y de las partículas de hollín en el lugar de residencia de cada una de las personas estudiadas, así como la cantidad y densidad de zonas verdes existentes en un radio de 300 metros de su domicilio.
De este modo, han identificado una relación directa entre el incremento de los niveles de concentración de NO2 en la atmósfera y el riesgo de sufrir un ictus isquémico. Por cada incremento de 10 microgramos por metro cúbico, este riesgo crece un 4 por ciento.
Lo mismo sucede cuando los niveles de PM2,5se incrementan 5 microgramos por metro cúbico, mientras que en el caso de las partículas de hollín el riesgo crece un 5 por ciento por cada incremento de un microgramo por metro cúbico en la atmósfera.
Los datos obtenidos son iguales para toda la población, de forma independiente de otros factores socioeconómicos, de la edad o de la adicción al tabaco, por lo que los investigadores abogan por "hacer una reflexión sobre los actuales niveles de contaminación atmosférica considerados seguros".
Referencia: Environ Int. 2022;161:107147. doi:10.1016/j.envint.2022.107147