HEPATOLOGÍA
Carla Nieto. Madrid · 28 noviembre 2011
El nuevo fármaco está indicado para el tratamiento del genotipo 1, la forma más común de la enfermedad, que afecta a casi tres cuartas partes de las personas infectadas en nuestro país.
Acaba de aprobarse en España Victrelis (boceprevir), el primer inhibidor de la proteasa del virus de la hepattis C administrado por vía oral, desarrollado por MSD y que supone la primera innovación terapéutica para el tratamiento de esta enfermedad en una década. El nuevo fármaco está indicado para el tratamiento de la infección por hepatitis C crónica con genotipo 1, la forma más común de la enfermedad, que afecta a casi tres cuartas partes de las personas infectadas en nuestro país.
“La aparición de este tipo de fármacos nos está permitiendo cambiar el enfoque del tratamiento de la enfermedad, ya que nos permite conseguir la curación de pacientes a los que hasta ahora era muy difícil ofrecer una solución en este sentido”, explicó el doctor Manuel Romero, director de la Unidad de Gestión Clínica de Enfermedades Digestivas del Hospital Universitario de Valme, en Sevilla.
“Con los tratamientos de los que disponíamos hasta ahora, peginterferón alfa y ribavirina, conseguíamos la curación de alrededor del 40% de los pacientes. La aplicación del nuevo fármaco supone un aumento de hasta el 30% sobre este porcentaje, llegando al 75% de las probabilidades de curación en aquellas personas que no habían sido tratadas previamente de la enfermedad”, señaló el doctor Rafael Esteban Mur, jefe del Servicio de Medicina Interna-Hepatología del Hospital Vall d’Hebrón, quien enumeró algunas de las ventajas terapéuticas que posee Victrelis: “Se ha demostrado que detiene el deterioro y mejora la lesión hepática, evitando que ésta derive en una cirrosis o en un cáncer de hígado. Otro aspecto a destacar es que permite personalizar e individualizar este tratamiento, eligiendo a la carta la duración del mismo y la forma de curar a los pacientes. Ello es posible gracias a la estrategia de 'lead-in', que consiste en administrar en las primeras cuatro semanas de terapia interferón pegilado y ribavirina y observar cuál es la tasa de respuesta viral. Esto es muy importante para predecir cuál va a ser la respuesta al tratamiento y. en función de ello, identificar y seleccionar a los pacientes que más se van a beneficiar de este fármaco”.
Los resultados arrojados por el análisis de las respuestas de los pacientes en esas semanas previas demostró que en aquellos que habían fracasado previamente con el tratamiento estándar (peginterferón alfa y ribavirina), boceprevir logró globalmente unas tasas de Respuesta Viral Sostenida (RVS) de entre el 59% y el 66%, y en aquellos que tuvieron niveles indetectables del virus entre las semanas 8 y 12 de tratamiento, un 89% de RVS, de lo que se deduce que en los pacientes tratados con anterioridad y que no habían respondido a la terapia, boceprevir incrementa notablemente la tasa de curación. En cuanto a aquellos que no habían recibido previamente tratamiento para la enfermedad, el fármaco incrementó entre un 28% y un 31% las tasas de curación, al conseguir una RVS de entre el 63% y el 66%. “A ello hay que unir que la adición del boceprevir permitió a muchos pacientes una menor duración total del tratamiento. Se ha demostrado que ofrece una terapia más corta y limitada en el tiempo (aproximadamente unos 6 meses) y, lo que es más importante, permite la curación de la enfermedad. Teniendo en cuenta todo esto, se trata de un medicamento que tiene un perfil de coste-efectividad enormemente favorable”, afirmó el doctor Esteban Mur.
Se calcula que alrededor de 130-170 millones de personas están infectadas por el virus de la hepatitis C en todo el mundo, una cifra cinco veces mayor a la de los infectados por VIH. En España la prevalencia es de entre 480.000 y 760.000 pacientes.