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Bajo el título “Medicamentos biológicos: los medicamentos del futuro en el presente” se celebró en Madrid una reunión informativa, organizada por Pfizer y orientada a analizar y dar a conocer la situación presente y futura de este tipo de fármacos.

 

El director de Comunicación y Responsabilidad Social Corporativa de Pfizer, Francisco García Pascual, hizo un repaso por las características propias de estos medicamentos, cuyo proceso de elaboración es bastante complejo. “Se trata de productos biofarmacéuticos derivados de un organismo vivo, lo que supone la principal diferencia con los fármacos obtenidos de síntesis química. Las principales áreas terapéuticas en las que se aplican actualmente son oncología, enfermedades metabólicas, hematología, Sistema Nervioso Central y dolor y trastorno músculo esquelético”.

 

García Pascual comentó que este tipo de fármacos han experimentado un notable crecimiento en los últimos años, “debido sobre todo a que se han ido extendiendo a un espectro más amplio de dianas terapéuticas, y todo apunta a que cada vez irán ganando una mayor cuota de mercado”.

 

Según los datos del estudio Spectrum Pharmaceutical Industry Dymanics 2010, presentados durante esta reunión, si en 2005 los medicamentos biológicos representaron un 13 por ciento del total de fármacos del mercado, en 2009 la cuota alcanzó el 17 por ciento y todo apunta a que en 2016 llegarán al 23 por ciento. Este estudio también refleja que en 2009, cinco de los diez fármacos más vendidos en el mundo fueron biológicos (concretamente etanercept, infliximab, adalimumab, bevacizumab y rituximab), y se prevé que en 2016 esta cifra ascienda a siete.

 

Por su parte, la Dra. Rosario García de Vicuña, jefa del Servicio de Reumatología del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario de La Princesa, de Madrid, señaló que “la llegada de los medicamentos biológicos ha transformado la vida de muchos pacientes con enfermedades crónicas, ya que en muchos casos hemos conseguido parar la enfermedad e incluso lograr una remisión”. La doctora García de Vicuña hizo un repaso a los estudios más recientes respecto al uso de los medicamentos biológicos en determinadas patologías. “En el área de la reumatología, estos fármacos han beneficiado fundamentalmente a dos tipos de enfermedades: la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante. Pero, además, la introducción de esta alternativa terapéutica ha supuesto un gran avance en el sentido de que nos han enseñado a usar mucho mejor los medicamentos de los que ya disponíamos, permitiendo aplicarlos de forma precoz. Esto se debe a que se trata de fármacos que están diseñados en base a un mecanismo de acción ya conocido, lo que nos ha llevado también a comprender mejor la enfermedad a tratar”.

Respecto a los posibles efectos secundarios de los medicamentos biológicos, la experta señaló que son seguros siempre y cuando se apliquen en aquellos pacientes para los que están indicados, en los que claramente el beneficio es superior al riesgo. “No hay que olvidar que no todos los pacientes son candidatos a este tipo de terapias, que sólo resultan coste-efectivas si se indican en la población adecuada. Por otro lado, los fármacos biológicos presentan la ventaja de que permiten tener a los pacientes muy bien monitorizados, interviniendo rápidamente en cuanto se presenta algún problema”.   

 

También participó en este encuentro el Dr. Francisco Vanaclocha, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario 12 de Octubre, de Madrid, quien comentó el importante papel que han jugado los medicamentos biológicos en el tratamiento de la psoriasis. “Este tipo de fármacos, además de permitir manejar mucho mejor a los pacientes y tenerlos más controlados, nos han proporcionado la posibilidad de conceptuar a la psoriasis como una enfermedad sistémica”.