CARDIOLOGÍA
Carla Nieto, Madrid · 16 mayo 2011
Presentados los resultados de un estudio realizado por la Fundación Gaspar Casal sobre los protocolos de uso de estos dispositivos.
El 44,8% de la población española desconoce en qué consiste una parada cardiaca; el 71,4% reconoce que no sabría cómo actuar en esta situación y sólo un 33% sabe cómo realizar un masaje cardiaco. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio “La implantación de desfibriladores en zonas públicas: protocolos de uso y recomendaciones”, realizado por la Fundación Gaspar Casal con el asesoramiento del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar y el apoyo de Philips.
“El objetivo de este estudio, que se ha realizado a través de encuestas on line y grupos de discusión, ha sido la búsqueda de un consenso entre los expertos en relación a los puntos en los que existen discrepancias entre las legislaciones de las distintas Comunidades Autónomas en materia de implantación y uso de los desfibriladores en zonas públicas”, explicó el Dr. Juan del Llano, director de la Fundación Gaspar Casal.
De los resultados arrojados por este estudio se desprende que todos los expertos son partidarios de introducir estos dispositivos de forma voluntaria.
“Sin embargo, es muy negativa la excesiva burocratización que rige la implantación de esta tecnología, cuya eficacia y utilidad ha sido demostrada con creces y que, tal y como se recoge en el documento de consenso, contribuye a salvar vidas, ya que incrementa la eficacia de las medidas de resucitación cardiopulmonar, aumentando la supervivencia de los pacientes”, señaló el Dr. Del Llano.
Los expertos también coincidieron en la necesidad de una legislación que obligue a la implantación en estos desfibriladores en determinados sitios. “En este sentido, sería muy beneficioso realizar un estudio epidemiológico que permitiese determinar las zonas de riesgo en las que ocurren con más frecuencia las paradas cardiacas. Actualmente, al no existir este mapa epidemiológico, la instalación se los desfibriladores se basa en el sentido común y en la experiencia extraída de otros países. El Ministerio de Sanidad debería tener un papel de liderazgo mayor respecto a esta cuestión, adoptando medidas para ordenar la situación actual. Así mismo, es importante llevar a cabo programas de sensibilización e información entre la población sobre el uso de estos dispositivos”, añadió el director de la FGC.
Por su parte, el Dr. Juan B. López Messa, presidente del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar, comentó que cada año se producen en España alrededor de 24.000 paradas cardiacas, con una supervivencia que se sitúa en torno al 5%.
“Está claro que la parada cardiaca es un problema de salud pública y en su abordaje, los desfibriladores son la llave de la supervivencia, en combinación con la resucitación cardiopulmonar; de ahí la importancia de que estos dispositivos, pequeños, sencillos de manejar y muy seguros, estén disponibles en los servicios públicos”.
Todas las conclusiones extraídas del estudio se han recogido en un Decálogo del Consenso, un documento que, según Ángeles Barrios, directora de Comunicación de Philips Ibérica, “va a tener una gran utilidad práctica tanto para las entidades públicas como para los organismos privados en el sentido de que ayudará a utilizar adecuadamente esta tecnología para que sea eficaz en la capacidad de salvar vidas”.