ENDOCRINOLOGÍA

Endocrinólogos alertan del déficit de especialistas en España

JANO.es y agencias · 29 mayo 2008

Solicitan una "política de choque" para alcanzar la cifra mínima de 3 endocrinólogos por cada 100.000 habitantes, tal como recomienda la SEEN

El autor nos habla de la obesidad, considerada como una epidemia que está todavía en su curva ascendente, a diferencia de lo que ocurre con el tabaquismo, que se encuentra en pleno descenso en el mundo occidental.

Mientras que en la lucha contra el tabaco disponen las autoridades sanitarias de armas de una extraordinaria eficacia (aumento de los impuestos que gravan el tabaco en sus diversas formas o prohibiciones de fumar en locales públicos), como se ha demostrado claramente en nuestro país, comer en demasía es un hábito tan estrictamente personal que resultará muy difícil lograr su desarraigo.

Ahora bien, las consecuencias de la obesidad, en forma de diabetes de tipo 2, cardiopatías o accidentes cerebrovasculares, rebasan el ámbito individual e inciden fuertemente en el gasto sanitario, que costean todos los ciudadanos, obesos o no, y en consecuencia en el funcionamiento correcto de los sistemas nacionales de atención de la salud. Planteada así la cuestión, hay que preguntarse, como hacía en fecha reciente el sociólogo británico Anthony Giddens, ¿tienen derecho los gobiernos a inmiscuirse en el modo de vida de sus ciudadanos? ¿No debe tener todo el mundo libertad para destruirse como quiera?

La situación es netamente distinta en lo que se refiere a la población infantil. En el caso de los niños, las autoridades sanitarias tienen una mayor responsabilidad y disponen también de más instrumentos educativos a través de la escuela. Los comedores escolares son en este sentido un arma de un valor incalculable. No sólo pueden y deben dar de comer sanamente, sino contribuir a crear el hábito de ingerir lo que es saludable y dejar de lado lo que engorda.

También el médico tiene una importante función en la creación de hábitos saludables. Lanzada hace dos años por el profesor John H. Nelly, de la prestigiosa Escuela de Medicina de Loma Linda (California), se está difundiendo en los Estados Unidos la medicina del estilo de vida, que ha propulsado ya el lanzamiento de una nueva revista, The American Journal of Lifestyle Medicina. El tiempo nos dirá si se trata de una moda más, de carácter efímero, o si es el germen de un nuevo modo de concebir la educación para la salud.

Prácticamente todas las emisiones de radio y televisión y todos los periódicos contienen en la actualidad secciones dedicadas a temas médicos, pero éstas adolecen en bastantes casos de dos defectos: a) tienden a resaltar descubrimientos que por el momento tienen escasa aplicación clínica, con lo cual despiertan esperanzas que a menudo no se ven confirmadas, y b) rozan a menudo aspectos publicitarios al destacar la importancia de un determinado aparato para vigilar el peso, la tensión arterial o la composición de los alimentos.

En un ámbito global es muy preocupante el hecho de que haya a la vez en el mundo una creciente y justificada inquietud por la obesidad, en particular la de los niños y adolescentes, y la estremecedora presencia de 850 millones de hambrientos, según afirma la FAO, sin duda la organización intergubernamental que mejor conoce la distribución de los alimentos en el mundo. Cada hora del día o de la noche, la malnutrición causa la muerte de 18.000 hombres, mujeres y niños en los que se llaman, con eufemismo digno de mejor causa, los países en desarrollo.

No es fácil luchar contra los hábitos que favorecen la obesidad. La OMS y la FAO tienen experiencia a ese respecto. Hace tres años, una reunión de expertos de esos dos organismos preparó unas directrices sobre dieta, nutrición y prevención de las enfermedades crónicas. Incluso antes de que se publicara la versión fácil, grupos de presión defensores de los productos alimenticios que podían verse perjudicados emprendieron esfuerzos para bloquear la publicación y, fracasados éstos, para dificultar la difusión del informe. Una vez llegada la publicación al dominio público, los mismos grupos de presión emprendieron una campaña de críticas contra la base científica del informe, que contenía afirmaciones insuficientemente probadas según sus detractores.

En España, la Encuesta Nacional de Salud publicada en 2007 muestra que el 52,7% de los adultos pesan en exceso (un 37,4% presenta sobrepeso y un 15,3% muestra obesidad). Sería conveniente determinar si en esa tendencia hacia el aumento de peso interviene el creciente interés de la población española por la gastronomía, pues todo diario, semanario o cadena de TV que se precie debe contener una sección dedicada a ese tema. Para los gastrónomos, comer bien no equivale a comer en demasía, pero queda por probar si existe alguna relación entre la tendencia manifiesta de la población española a pesar más y la influencia de los gastrónomos, cada vez más presentes.

“Las consecuencias de la obesidad, en forma de diabetes tipo 2, cardiopatías o accidentes cerebrovasculares, rebasan el ámbito individual e inciden fuertemente en el gasto sanitario que costean todos los ciudadanos, obesos o no”