TABAQUISMO
JANO.es · 01 febrero 2012
Investigadores de la Universidad Europea de Madrid analizan 17 variantes genéticas implicadas en la adicción a la nicotina.
La genética influye en que una persona deje o no de fumar y en el número de cigarros que ésta consume, según revela el estudio 'Smoking genes: ¿por qué fumamos?', realizado por investigadores del Centro de Excelencia de Investigación en Salud y Ciencias de la Vida de la Universidad Europea de Madrid y cuyas conclusiones se han publicado en la revista PLoS ONE.
Esta investigación, que ha analizado 17 variantes genéticas implicadas en la adicción a la nicotina, ha identificado una serie de genes que favorecen un mayor consumo de tabaco.
Así, el gen CYP2A6 presenta dos mutaciones que están presentes en diferente medida en los genotipos de fumadores y no fumadores. "Los fumadores que presentan la variación con menor capacidad para metabolizar la nicotina experimentan más efectos negativos cuando comienzan a fumar. No obstante, cuando continúan fumando tienen niveles más prolongados de nicotina en su cerebro y se convierten rápidamente en tolerantes al tabaco, lo que aumenta su necesidad de fumar más", ha explicado el principal investigador del estudio, Félix Gómez-Gallego, de la Universidad Europea de Madrid.
Asimismo, el trabajo sugiere que el polimorfismo en el gen DRD2 -implicado en las vías neurobiológicas de la adicción a la nicotina- desempeña un "papel determinante" en el primer contacto del individuo con el tabaco. "Esto, junto con un metabolismo lento de nicotina, podría estar detrás del hecho de que un individuo no continúe fumando una vez que haya probado el tabaco por primera vez", ha precisado Gómez-Gallego.
Hacia un tratamiento personalizado
Según este experto, los resultados permiten "desarrollar tratamientos más dirigidos en función del perfil genético de los fumadores o bien nuevos fármacos que podrían disminuir las muertes causadas por patologías derivadas del hábito tabáquico".
A tal fin, este experto ha apostado por el empleo de polimorfismos genéticos como marcadores adicionales "que permitieran seleccionar el tratamiento más adecuado para cada fumador e incrementar así los ratios de abstinencia y, por tanto, la posibilidad de éxito del tratamiento".
Por último, el profesor Gómez-Gallego ha insistido en la importancia de que el fumador exprese "abiertamente" su deseo de abandonar este hábito y de que el especialista tenga en cuenta "tanto la dependencia física como el componente psicológico".