XVIII REUNIÓN DE LA SEH-LELHA
Los hipertensos no tratados tienen doble riesgo de padecer demencia
JANO.es · 07 marzo 2013
Expertos advierten de que la presión arterial elevada provoca, además, la aparición de microaneurismas en los vasos sanguíneos.
La hipertensión arterial no tratada puede provocar importantes daños en el cerebro y parece estar asociada a un mayor riesgo de demencia o deterioro cognitivo leve, un trastorno que se caracteriza por dificultades en el pensamiento y aprendizaje. Así lo ha advertido el doctor Jesús Hernández Gallego, médico adjunto del Servicio de Neurología del Hospital Universitario 12 Octubre de Madrid, durante la XVIII Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión y la Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), que se celebra en Valencia.
El Dr. Hernández Gallego ha señalado, además, que tener las cifras de presión arterial elevadas "de forma persistente incrementa la aparición de demencia y aumenta entre dos y cinco veces la posibilidad de sufrir un ictus". "Si podemos prevenir y tratar la hipertensión de manera que se reduzca la posibilidad de padecer demencia, posiblemente disminuya también el número de casos de alzheimer. La ausencia de tratamientos curativos para estas patologías justifica aún más la necesidad de llevar a cabo una prevención efectiva", ha manifestado este especialista.
Según ha apuntado Hernández, la hipertensión daña el cerebro por tres mecanismos distintos: uno de ellos se basa en que las cifras altas de presión pueden afectar a los pequeños vasos cerebrales, causar más arterioesclerosis y provocar un trombo que produzca un ictus de tipo isquémico. El segundo es la aparición de microaneurismas y, como consecuencia, las hemorragia cerebrales, y el tercero es la propia hipertensión, un factor de riesgo para el desarrollo de fibrilación auricular, una arritmia muy frecuente.
El facultativo del 12 de Octubre ha indicado, además, que las personas que controlan su presión arterial en la edad adulta "tienen menos riesgo de desarrollar demencia en la vejez". "Diversos trabajos, como el estudio de Framinghan, han demostrado que la hipertensión no tratada se asocia directamente a más demencia en ancianos", ha dicho.
Factores de riesgo modificables
El experto ha resaltado que la edad es el factor de riesgo más importante de enfermedad cerebrovascular, pero es inalterable. "Ahora bien, hay otros factores de riesgo modificables, como la hipertensión: se ha demostrado que está altamente relacionada con el desarrollo de un ictus o una enfermedad cerebrovascular. La mayoría de personas que ingresan por un ictus son hipertensas", ha insistido.
De acuerdo con este especialista, el porcentaje de personas hipertensas pasa del 25-30% en adultos al 65-70 por ciento en ancianos. "El resultado es una persona jubilada con hipertensión leve persistente no tratada, que desarrolla fallos de memoria que no percibe -pero sí su familia- y que a lo largo de un año sufre además fallos de lenguaje, ejecución motora y rinde menos en conocimiento adquirido. Este tipo de perfiles son los que debemos tratar", ha explicado.
La SEH-LELHA recomienda en primer lugar tratar la hipertensión correctamente, evitar otros factores de riesgo vascular, hacer ejercicio físico y mental y mantener una actividad social frecuente. Además, aboga por la detección de casos mediante evaluaciones neurológicas con screening de deterioro cognitivo.