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Aproximadamente la mitad de las jóvenes está infectada por el VPH

JANO.es y agencias · 05 marzo 2008

Ginecólogos de Salamanca recomiendan la aplicación de la vacuna antes de que las adolescentes comiencen a tener relaciones sexuales

El autor sostiene que la globalización del consumo de cigarrillos y las facilidades para los alimentos con grasas saturadas de menor coste son causas del rápido ascenso de la cardiopatía coronaria en gran parte de los países en vías de desarrollo.

No me sorprende que William B. Kannel siga siendo el portavoz del estudio de Framingham, pese a su edad y al papel destacado de sus sucesores. Valentín Fuster, Eric Topol y Elizabeth Nabel lo escogieron para el libro Atherothrombosis and Coronary Artery Disease que acaban de publicar. Los editores dieron tiempo a los autores para que sólo transcurriera un plazo de dos años desde el encargo hasta la aparición del libro. Probablemente, el máximo tolerable para un libro médico. William B. Kannel aporta la experiencia de 44 años del estudio de Framingham y señala dos conclusiones fruto de la experiencia adquirida por la larga duración del mismo y de la actual visión global de los temas de salud pública. He aquí las dos “nuevas” conclusiones que deben agregarse y no sustituir a los clásicos factores de riesgo que a veces algunos comentaristas equivocadamente los creen ya superados:

1. “Un cociente de riesgo inferior para algunos factores de riesgo en los ancianos se contrarresta con mayor riesgo absoluto de cardiopatía coronaria en la edad avanzada. Como consecuencia el riesgo atribuible de cardiopatía coronaria y las posibilidades del tratamiento de los factores de riesgo aumentan con la edad.” Las cifras de la presión arterial y del colesterol, así como el hábito de fumar cigarrillos, predicen la enfermedad coronaria en los ancianos de modo similar a lo observado en el adulto, pero la diabetes, el sobrepeso y la falta de ejercicio físico son más frecuentes en la vejez. Los metaanálisis de los ensayos con estatinas muestran diferencias similares entre intervención y placebo para el grupo de 72-80 años en comparación con la población más joven. Por la mayor frecuencia de los episodios, la prevención primaria en el anciano origina una reducción mayor de nuevos casos. Lo único que debe tenerse en cuenta cuando se plantea el tratamiento preventivo de un anciano concreto es si está justificado aceptar el impacto de los cambios propuestos sobre su calidad de vida. Tras facilitarle la información necesaria, será conveniente pactar con el candidato, pero evitando la sensación de inseguridad frecuente en el profesional sanitario y en la que se apoya el candidato para no seguir los consejos recibidos.

2. “Las mujeres mayores de 65 años devienen tan vulnerables como los varones a la mortalidad cardiovascular.” Además de la cardiopatía coronaria, la mortalidad cardiovascular incluye la apoplejía, la muerte súbita y la insuficiencia cardíaca. Sigue sorprendiendo que las cifras de colesterol LDL y de colesterol total sean más altas en las mujeres cuando la diferencia de frecuencia a partir de los 65 años de la enfermedad coronaria entre varones y mujeres todavía es de 2:1. De aquí el intento de recurrir al tratamiento hormonal, que confirmando anteriores observaciones no se ha mostrado favorable. El predominio de las mujeres en la población cuando aumenta la edad aconseja que los ensayos para probar la eficacia de corregir los factores de riesgo incluyan a mujeres. Un aspecto a comentar es que en la práctica clínica se detectan a menudo mujeres mayores de 65 años con aumento simultáneo del colesterol total y del colesterol HDL, es decir colesterol protector. Para interpretar correcta y uniformemente está situación, y todavía más después de las “enérgicas” recomendaciones del tratamiento para el adulto propuesto en el programa norteamericano NCEP/ATPIII, las cifras altas de colesterol HDL se consideran un factor de riesgo favorable que debe restarse del número total de los factores de riesgo. La hipertensión agravada por el incremento de sobrepeso y el sedentarismo sigue siendo la principal responsable de la apoplejía y la insuficiencia cardíaca, que suele manifestarse como disfunción ventricular diastólica. Puede afirmarse que la hipertensión es la principal responsable de la insuficiencia cardíaca en los países donde la cardiopatía coronaria todavía no es común. En estos países el control de la hipertensión continúa siendo el objetivo prioritario de la prevención primaria.

Cuando se escuchan las voces de los países en vías de desarrollo hablando del peso creciente de la enfermedad coronaria y de la mortalidad cardiovascular en la edad media de la vida, aparecen de modo más visible las diferencias que separan el enfoque de los problemas en distintas partes del mundo. Los “nuevos” factores de riesgo de Framingham todavía no son el problema inmediato de los países en vías de desarrollo, pero la globalización del consumo de cigarrillos y las facilidades para los alimentos con grasas saturadas de menor coste son las causas del rápido ascenso de la cardiopatía coronaria en gran parte de los países en vías de desarrollo.

“La hipertensión es la principal responsable de la insuficiencia cardíaca en los países donde la cardiopatía coronaria todavía no es común. En estos países el control de la hipertensión continúa siendo el objetivo prioritario de la prevención primaria.”

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