ENFERMEDADES INFECCIOSAS

Dengue, una amenaza para la salud pública de Estados Unidos

JANO.es · 09 enero 2008

Un artículo en "JAMA" indica que la propagación de la enfermedad en el país es una posibilidad real y que el mosquito que la transmite constituye un problema en la frontera mexicana

He vuelto a una de las cátedras de la cocina italiana, quizás el número uno de España, desde luego para mí el mejor, el más auténtico, me refiero al Giorgio de Calafell (Tarragona).

Conocí a Giorgio Serafini a finales de los años setenta y su personalidad y su cocina son únicas, por eso te conquista.

Su restaurante, al lado del paseo Marítimo, es acogedor, tiene alma y además sus paredes están llenas de arte, de pintores amigos. Giorgio se ha convertido para muchos de ellos en un marchante muy especial. Podríamos decir que es un restaurante- galería. Sus amigos los artistas han creado carteles del restaurante y obras muy especiales, pues Giorgio ha conseguido que pinten en el mismo lienzo. Un cuadro de referencia en el restaurante es el dedicado al célebre tenor italiano Luciano Pavarotti, recientemente desaparecido, con él que el restaurador tenía una cordial relación desde los años ochenta. Se trata de un cuadro de grandes dimensiones, 1,95 × 1,61 metros, una composición de seis artistas dedicado a cinco óperas con las qué triunfó el gran divo.

Aida, Jordi Rollán; I Puritani, Josep Cruañas; Il Trovatore, Morató Aragonés; La Bohème, Rafael Griera, y Un ballo in maschera, Lluís Roura. Preside esta sinfonía plástica un soberbio retrato de Pavarotti, obra de Emilia Castañeda. Quizás algún día podamos admirar esta creación colectiva en la Scala de Milán.

La relación Pavarotti-Serafini ha servido también para que la carta del restaurante ofrezca un plato de carne espectacular, el solomillo Pavarotti, preparado con vinos sicilianos, trufa blanca del Piamonte y vinagre de Módena, la ciudad donde nació el cantante.

Sentados en la mesa de Giorgio, la experiencia gastronómica comienza con el pan y las pequeñas pizzas, que se hornean sobre piedra natural. Los antipasti, las ensaladas, como la magnifica de patatas ratte, una de las grandes variedades francesas que se sirve tibia, con verduras salteadas y foie gras fresco al aceto balsámico. La pasta fresca tratada magistralmente, los pescados de playa y las carnes de ternera Vedellona (Cataluña), de doce meses, todo soberbio, exquisito.

Las trufas blancas. En octubre y hasta finales de diciembre se adueña de la carta la trufa blanca; su aroma, su sabor nos llenan de felicidad. Una lluvia o mejor un diluvio de tartufi bianchi, rallado en finas virutas sobre un simple huevo frito, o unos huevos revueltos, es una delicia; y un rissotto de trufa blanca es ya tocar el cielo.

Disfrutemos en Giorgio de la temporada del tartufo, seguramente el condimento más caro del mundo, ya que cuesta por encima de 3.000 euros el kilo. Será un recuerdo imborrable.

Giorgio. Àngel Guimerà, 4. Calafell. Tarragona. Tel.: 977 69 11 59. www.ristorantegiorgio.com