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Los pacientes que se han sometido al tratamiento del balón intragástrico logran perder una media de 19 kilos, según un estudio realizado entre 1.853 personas por Corporación Dermoestética. Concretamente, la técnica consiste en la introducción, sin cirugía y por vía endoscópica, de un balón de silicona que se hincha con suero fisiológico en el estómago y produce una sensación de saciedad constante.

 

El balón intragástrico se puede llevar un máximo de seis meses y se acompaña de dieta hipocalórica para la reeducación en una correcta alimentación nutricional, junto a ejercicio físico. Está recomendado para aquellas personas con un sobrepeso de entre 20 y 30 kilos y un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 30 y 40 kg/m², o de desde 27 a 30 kg/m² de IMC con enfermedades asociadas a la obesidad, como hipertensión arterial o diabetes que no consiguen perder peso sólo con dietas.

 

El estudio refleja que el perfil de paciente de balón intragástrico es el de una mujer de entre 30 y 50 años –perfil del 59% del total– o de 18 a 30 años –34% de la muestra.

 

En palabras de la Dra. Pilar Esparza, directora del estudio, “una mujer que mida 1,70 metros y pese 100 kilos, con el balón intragástrico podría llegar a perder el 60% de su sobrepeso, es decir, más de 20 kilos en seis meses”.

 

No obstante, y con independencia del IMC del paciente, el estudio refleja una pérdida media del 13%. Asimismo, la doctora hizo hincapié en que se establece “una relación directa entre las revisiones médicas y la efectividad del mismo, ya que pierden más peso aquellos pacientes que acuden a las visitas de seguimiento en las clínicas que los que no lo hacen”.

 

Por último, la Dra. Esparza destacó que “en tan sólo en el 0,25% de los casos hubo que retirar el balón intragástrico por rotura, que se detectó de inmediato por el seguimiento a los pacientes”.