NEUROLOGÍA
El ejercicio moderado disminuye el riesgo de demencia a edad avanzada
JANO.es y agencias · 20 diciembre 2007
Científicos italianos publican que los mayores de 65 años que caminan a menudo y son moderadamente activos tienen 29% menos probabilidades de desarrollar demencia vascular
El pasado 11 de octubre falleció en Sevilla, a los 50 años de edad, la Dra. Isabel Fernández Fernández, pionera de la investigación en la atención primaria española. La Dra. Fernández ejerció, entre otras muchas responsabilidades, la de coordinar la investigación en la semFYC, presidir el Comité Andaluz de Ensayos Clínicos y asumir en 2003 la dirección del Plan Andaluz de Diabetes, cargo que siguió ocupando hasta el momento de su fallecimiento.
Doctora en Medicina, especialista en Medicina Interna y diplomada en Estadística por la Universidad de Sevilla, fue una ardiente defensora de la investigación real, la que se acerca a la cabecera de los pacientes, por lo que durante muchos años compaginó su trabajo como médico de familia en el Centro de Salud de Camas (Sevilla) —al que se incorporó en mayo de 1990— con sus investigaciones en el campo de la diabetes, especialmente de la diabetes gestacional. Desde ese puesto, la Dra. Fernández impulsó la primera unidad andaluza de investigación en atención primaria, donde se formaron numerosos profesionales que después volcaron su vocación y esfuerzos en la investigación.
Colaboradora de JANO, queremos rendirle un merecido tributo reproduciendo en nuestras páginas las palabras que le dedicaron los que mejor la conocían, sus compañeros de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC).
Un referente personal y profesional
Ha muerto una gran mujer. Y como siempre que perdemos a alguien como Isabel nos inunda un enorme sentimiento de dolor, compartido por todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerla y compartir con ella algunos instantes de su intensa vida.
Resulta inútil glosar en pocas palabras el admirable ejemplo de Isabel para todos quienes la tuvimos como un referente personal y profesional. Podemos recordar su labor como investigadora en las diferentes instituciones y proyectos en los que participó; o su impulso para mejorar la atención de los pacientes diabéticos en Andalucía, tanto con su ejemplo en la práctica diaria en la consulta como ejerciendo de directora del Plan Integral de Diabetes. Su fértil implicación en las sociedades científicas de las que formó parte activa y a las que siempre enriqueció con su inagotable capacidad de trabajo. O asumiendo la labor docente, como tutora de generaciones de médicos de familia que recordaremos para siempre su magisterio. Pero todos estos retazos sólo alumbran una pequeña porción de lo que Isabel ha sido durante todos estos años. Isabel Fernández era médica de familia. Y nunca pretendió dejar de serlo. Sus compromisos como investigadora, organizadora e impulsora de proyectos o como gestora compartían el mismo anhelo: mejorar la salud de las personas a las que cuidaba, fuera cual fuera la responsabilidad que se le hubiera encomendado. Sin duda, serán los pacientes de su consulta quienes la recordarán siempre con más cariño.
Para sus compañeros de las sociedades andaluza y española de Medicina de Familia, la pérdida de Isabel deja una sensación de vacío imposible de llenar. Quienes la recordamos implicándonos en todos sus proyectos con una capacidad de entusiasmo que a menudo era difícil de seguir, tenemos el compromiso de mantener su figura como un espejo en el que deberíamos mirarnos todos los médicos de familia de Andalucía y de toda España. Su capacidad de trabajo, su honestidad inquebrantable, la cordialidad de su sonrisa, permanecerán con nosotros y nos servirán de acicate en nuestro trabajo.
Hace dos años la SAMFyC acordó concederle la Medalla de Oro de nuestra Sociedad. No resultó fácil lograr que la aceptara. En su reconocida humildad, consideraba que no reunía méritos diferentes a los de cualquier otro médico de familia andaluz. Cuando se le hizo entrega de la Medalla, Isabel se la dedicó a sus padres, a sus hijos y a su marido, César. Con ellos y con todos los que hemos sido compañeros y amigos queremos compartir nuestro dolor.
Descansa en paz, Isabel.
Junta Directiva de la SAMFyC