FARMACIA

Estrategia frente a Medicamentos Falsificados

JANO.es y agencias · 11 octubre 2007

Su objetivo es prevenir la potencial introducción de medicamentos falsos en el mercado español, actualmente "mínima o inexistente", según Sanidad

Cada día, el cáncer de cuello de útero se cobra la vida de 700 mujeres en el mundo. En torno a 250.000 personas mueren cada año por esta causa y constituye el segundo proceso oncológico con mayores tasas de mortalidad en la población femenina. Anualmente, se producen en el mundo en torno a 500.000 nuevos casos, lo que conlleva un elevadísimo coste sociosanitario y económico, además de un inaceptable sufrimiento físico y psíquico para las pacientes.

Los datos son concluyentes y arrojan preocupantes sombras frente a un problema de salud que establece también diferencias entre los más y los menos desarrollados, como refleja el hecho de que 8 de cada 10 nuevos casos se producen en países en vías de desarrollo. Este tipo de cáncer y el hepático son los procesos en los que las diferencias entre países ricos y pobres son mas acusadas.

Sin embargo, en las regiones con mayores recursos la situación dista de ser la deseable, como demuestran los estudios epidemiológicos disponibles que reflejan que, en Europa, el número de casos, especialmente en la población joven, está en aumento y que 3 de cada 10 europeas no se hacen nunca pruebas de detección.

Es de resaltar en este sentido que España se inscribe en el grupo de los países con mejores y más generalizados sistemas de detección, aunque, puntualizan los expertos, queda un largo camino por recorrer para alcanzar la situación deseable.

El diagnóstico precoz --en el que la atención primaria debe desempeñar un papel de primer orden-- es clave por cuanto existe una relación muy estrecha entre la supervivencia y el estadio de la enfermedad al inicio del tratamiento. A los 5 años la supervivencia, cuando la terapia se inició en estadio I, oscila entre el 81 y el 96%, en tanto que si el tratamiento se instauró en la fase IV de la enfermedad las tasas de supervivencia apenas alcanzan el 15-20%.

La ciencia sabe que el papilomavirus está presente como agente responsable de la inmensa mayoría de los casos; que en torno a un 70% de mujeres se han visto expuestas a este virus, muy especialmente al inicio de la juventud, y que es realidad una vacuna tetravalente profiláctica que ha mostrado una gran eficacia y ha sido ya aprobada en 57 países y esta siendo tramitada en otros 120. Por otra parte, otras 2 vacunas, con resultados también muy alentadores, están en fase avanzada de estudio.

La descripción de la actual situación, la necesidad de adoptar medidas y la disponibilidad de terapias y vacunas efectivas y eficaces, fueron ejes de la "Primera Cumbre Mundial sobre Cáncer de Cuello de Útero: salvaguardando el futuro de la salud de la mujer", que se celebró en París en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Con el patrocinio del presidente francés Jacques Chirac, reconocidas mujeres procedentes de 17 países y ámbitos muy diversos, entre las que se contaban deportistas como la campeona olímpica de gimnasia Nadia Comaneci; las tenistas Gabriela Sabatini y Justine Henin, o la ex ministra europea de Asuntos Sociales, Edith Cresson, unieron sus fuerzas a las de la propia UNESCO, la Unión Internacional contra el Cáncer, el Club Europeo de Salud y la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, para formar la Coalición contra el Cáncer de Cuello de Útero (CACC). El objetivo de la Coalición es hacer un llamamiento a los gobiernos con el fin de mejorar la lucha contra esta enfermedad mediante la educación, el fomento de las citologías y el incremento de los programas de vacunación en todo el mundo.

Basándose en la Carta de París 2000, la Declaración Mundial sobre el Cáncer 2006 y el Llamamiento de Rabat, el CACC presentó una declaración que fue firmada en la Cumbre por 600 asistentes y que marca, como urgentes, tres tipos de acciones: educar e informar a las mujeres sobre el cáncer de cuello de útero, sus causas y la prevención mediante la vacunación y los programas regulares de exploración ginecológica; proporcionar el acceso de las mujeres a los programas de detección precoz y a los tratamientos, y facilitar el acceso libre a la vacuna a las jóvenes y adolescentes --la edad de vacunación se fijó entre 14 y 18 años--, gracias a la puesta en marcha de programas de vacunación por parte de los gobiernos. Estos programas, se apostilló, deberán comenzar por las niñas y adolescentes para asegurar un nivel óptimo de protección antes de que se vean expuestas al virus del papiloma humano.