SIDA
Hepatitis C, primera causa de muerte entre los VIH-positivos españoles
JANO.es · 25 febrero 2008
Celebrado en Sitges (Barcelona) el IV Simposium Sitges 08 "Por un mundo sin VIH y sin VHC", en el que también se abordaron los avances en terapia antirretroviral y vacunas
Desde Soria, sin dejar la N-122, se llega a El Burgo de Osma, una ciudad con aires de peregrinaje que luce la torre barroca de su catedral y un aula arqueológica dedicada a sus orígenes romanos. Río Ucero arriba, a 18 kilómetros, está la entrada al cañón del río Lobos: un tesoro natural lleno de arcanos.
Parque natural. Este es un espacio protegido con una superficie de 9.850 hectáreas, declarado “parque natural” en 1985. Los 14 kilómetros de curso fluvial del Lobos dejaron una profunda hendidura, flanqueada por altas paredes rocosas. En las riberas de este río truchero se extienden arboledas de alisos, chopos y sauces. De camino al sur, destacan los páramos de las alturas, repoblados de pino negral.
Paseos subterráneos. A la vista están las antiguas cuevas de ermitaños donde anidan las aves rapaces. Por aquí abundan también las simas y las cuevas de origen kárstico, como la cueva horizontal de Galiana Baja: unos 1.300 metros de antiguo cauce subterráneo del río Lobos lleno de estalactitas, lagos y pozos, que se puede recorrer sin grandes dificultades.
Aires templarios. Allí donde el cañón parece más ancho se levanta la ermita de San Bartolomé de Ucero, del siglo XII, tenida como un centro de energía de la orden del Temple. En realidad, no hay documentación escrita sobre la ermita de San Bartolomé. La historia oficial siempre negó su origen templario. Pero ganaron terreno las fuerzas de la tradición esotérica. Tras el perfecto y simple estilo románico cisterciense, se esconde una obra iniciática llena de claves y misterios. Signos de canteros que parecen dar vueltas a la perfección, la proporción y la claridad del recinto sagrado.
Comer: Los fines de semana de febrero y marzo se celebran unas jornadas gastronómicas en El Burgo de Osma para chuparse los dedos. La caldereta de oveja o de res joven al ajo carretero pinariego es cosa seria. Y qué decir del cordero lechal, los adobos de cerdo, las migas o los escabechados.