NEUROLOGÍA
JANO.es · 23 julio 2009
Un estudio en JAMA muestra que Abeta42, T-tau y P-tau, indicadores biológicos del fluido cerebroespinal, identifican con buena exactitud a esta población
Varios indicadores biológicos del fluido cerebroespinal identifican con buena exactitud a los pacientes con deterioro cognitivo leve que progresan a enfermedad de Alzheimer, según las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y publicado en el último número de la revista The Journal of the American Medical Association (2009;302:385-393).
Los científicos, dirigidos por el Dr. Niklas Mattsson, realizaron un estudio multicéntrico para evaluar la exactitud del diagnóstico de los marcadores Abeta42, T-tau y P-tau para la identificación de un gran grupo de pacientes con deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer incipiente.
El estudio tenía dos partes. La primera, con pacientes con enfermedad de Alzheimer y controles para identificar los puntos de referencia de los biomarcadores; y una segunda en la que se realizó un seguimiento, realizado entre 1990 y 2007, del grupo en los que participaban pacientes con deterioro cognitivo leve. En el trabajo participaron 12 centros de Europa y Estados Unidos y 750 pacientes con deterioro cognitivo leve, 529 con Alzheimer y 304 controles.
Los resultados mostraron que estos biomarcadores podían utilizarse para predecir con exactitud qué pacientes con deterioro cognitivo leve desarrollarían enfermedad de Alzheimer, tal y como se habían sugerido ensayos clínicos más pequeños. Los cambios en el fluido cerebroespinal de los marcadores se asociaron con el Alzheimer incipiente. Sin embargo, los autores señalan que “una limitación del estudio, como es el empleo de protocolos estandarizados para todos los centros, podría haber dado lugar a las variaciones existentes entre las instituciones”.
Los investigadores señalan que estos biomarcadores deberían ser utilizados como herramientas de selección de individuos que necesitan un seguimiento más estrecho. Además, los marcadores podrían también ayudar a los científicos a seleccionar las poblaciones de estudio más adecuadas para futuros ensayos sobre tratamientos del Alzheimer.
Por último, y sin embargo, los autores concluyen que “hasta que dichos tratamientos para el Alzheimer no estén en marcha, estas pruebas con los marcadores no serían apropiadas para la rutina clínica, ya que aún no es posible alterar el desarrollo de la enfermedad”.