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La Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó en el día de ayer el nivel de alerta de pandemia de la gripe A(H1N1) a la fase 6, el máximo en el sistema y que confirma que se está produciendo una pandemia. En palabras de la directora general de la organización, Margaret Chan, “el mundo está entrando en los primeros días de la primera pandemia de gripe del siglo XXI”.

 

En este contexto, sin embargo, debe tenerse en cuenta que el nivel 6 no hace referencia a la gravedad de la pandemia, la primera declarada desde 1968, sino a su expansión geográfica. Por el contrario, la propia OMS ha reconocido que, cuando menos por el momento, la pandemia es moderada, por lo que mantiene su recomendación de no cerrar las fronteras y no limitar la libertad de movimiento de las personas, los bienes y los servicios.

 

Según el último balance de la organización antes de elevar el nivel de alerta, el número de casos confirmados gripe A(H1N1) era de 28.774 ,144 mortales, en un total de 74 países. Pero como recordó Chan, “esto es sólo una parte del panorama, pues mientras los países que han informado de más casos de nueva gripe son aquellos que cuentan con un buen sistema de supervisión y unos procedimientos de prueba eficaces, la expansión de la enfermedad en otras naciones no se puede verificar de forma fiable y, por lo tanto, es inevitable que el virus siga pasando de una persona a otra y de un país a otro”.

 

 

 

Una vez analizadas las pruebas disponibles y las evaluaciones de los expertos, la OMS ha concluido que se cumplen los criterios científicos de una pandemia de gripe. “Por ello –indicó Chan–, he decidido elevar el nivel de alerta de la gripe de la fase cinco a la seis. Nunca antes una pandemia se había detectado tan pronto o controlado tan de cerca, en tiempo real, justo desde el principio. Ahora el mundo puede recoger los beneficios de sus inversiones de los últimos cinco años en prepararse para a una pandemia”.

 

De la misma manera, Chan recomendó a los países a los que aún no ha llegado la enfermedad que se preparen para hallar nuevos casos; a los que ya los tienen, para un aumento de los mismos; y a los que han alcanzado altos niveles, para una segunda ola de infecciones.

 

En este contexto, también pronosticó que, en el principio, la pandemia seguramente no será grave, si bien esto puede variar de un país a otro. “La mayoría de los pacientes están experimentando síntomas leves y se recuperan rápida y totalmente, a menudo sin haber sido sometidos a tratamiento médico”. El resultado es, como apuntó Chan, “una baja cifra de víctimas mortales. Y la OMS no prevé un salto repentino y drástico en el número de infecciones graves o mortales”.

 

Además, “muchos, si no todos, los casos graves se han dado en personas con dolencias crónicas, caso de enfermedades respiratorias, problemas cardiovasculares, diabetes, desórdenes en el sistema inmunitario y obesidad”.