GINECOLOGÍA
JANO.es · 19 enero 2012
Un estudio realizado en tres grupos de mujeres a diferentes edades muestra que las mujeres que tomaban la píldora sufrían un dolor menos severo que las mujeres que no la utilizaban.
La píldora anticonceptiva alivia los síntomas de las menstruaciones dolorosas o dismenorreas. Así lo ha recogido un estudio realizado por investigadores escandinavos, desarrollado durante 30 años. Los resultados se han publicado en Human Reproduction.
Aunque algunos estudios previos y evidencias anecdóticas habían sugerido que la píldora anticonceptiva podría tener un impacto en los periodos dolorosos, y una revisión realizada en 2009 de las investigaciones disponibles de Cochrane Collaboration concluyó que había evidencias limitadas de esta mejora del dolor.
El equipo dirigido por Ingela Lindh, del Institute of Clinical Sciences, la Sahlgrenska Academy y la Gothenburg University, en Suecia, ha demostrado que las mujeres que tomaban esta píldora sufren un dolor menos severo que las mujeres que no la utilizan.
Los investigadores también descubrieron que el aumento de la edad aliviaba los síntomas, pero que los efectos de la píldora y la edad eran independiente el uno del otro, teniendo la píldora un efecto mayor.
Tras analizar tres grupos de mujeres que alcanzaron los 19 años en 1981, 1991 y 2001 (cada grupo incluía entre 400 y 520 mujeres) y comparar los datos con los de esas mismas mujeres a dos edades diferentes, los investigadores pudieron usar a cada una de las participantes como su propio control, lo que les permitió establecer si la reducción en la severidad de los síntomas se debía a la píldora contraceptiva o al aumento de la edad.
Según Lindh, "comparando mujeres a diferentes edades, es posible demostrar la influencia de las píldoras anticonceptivas en la aparición y severidad de la dismenorrea, así como tomar en consideración posibles cambios debidos al incremento de la edad". "Hemos visto que hay significativas diferencias en la severidad de la dismenorrea, dependiendo de si las mujeres tomaban o no anaticonceptivos", dice.
Mujeres proclives a quejarse
Al margen de los efectos del uso de la píldora, los investigadores descubrieron que el nacimiento de un hijo también parece reducir la severidad de los síntomas, pero este resultado está limitado por el hecho de que pocas mujeres habían dado a luz entre los 19 y los 24 años de edad.
Asimismo, vieron que, en el grupo más joven -las nacidas en 1982- se registraban más mujeres con periodos dolorosos y que la severidad de los síntomas era mayor. "No estamos seguros de por qué ocurre esto -reconoce Lindh-, puede deberse a cambios en el tipo de anticonceptivo oral, por ejemplo, a diferencias en el contenido de estrógenos y el tipo de progesterona".
"O quizá -añade- a la diferente apreciación del dolor de las mujeres nacidas en los últimos años, que podrían ser más sensibles o ser más proclives a quejarse sobre el mismo que las mujeres con la misma edad nacidas antes".