VACUNAS

La primera vacuna contra el VPH, ya disponible en España

JANO.es y agencias · 25 octubre 2007

El ministro de Sanidad, Bernat Soria, aconseja esperar un poco antes de vacunar a las adolescentes contra el cáncer de cuello uterino, pues la vacuna todavía "no es gratuita"

Los estudios clínicos sobre regeneración miocárdica están aún en una fase inicial de desarrollo, pero ya se pueden extraer algunas conclusiones interesantes. Así, la inyección intracoronaria de células madre mononucleadas no seleccionadas procedentes de médula ósea parece ser un método seguro que, además, ha demostrado mejorar la fracción de eyección del ventrículo izquierdo en ratones con infarto agudo de miocardio (IAM).

Estas evidencias, muchas de las cuales proceden del grupo de trabajo de Michal Tendera, profesor de Cardiología en la Facultad de Medicina Silesiana de Katowice (Polonia), son consistentes en los diferentes estudios publicados, aunque su relevancia clínica aún es mínima. A juicio de este cardiólogo e investigador, y ex presidente de la Sociedad Europea de Cardiología, "hasta ahora hemos podido comprobar en modelos experimentales que el miocardio se puede regenerar".

-¿Hay margen para el optimismo sobre la posibilidad de regenerar el miocardio de pacientes con IAM a partir de células madre de adultos?

­Las evidencias que se van acumulando en los últimos años nos permiten ser moderadamente optimistas sobre las posibilidades que nos abre este campo de la investigación. Los resultados que hemos ido alcanzando en nuestro centro, así como los recogidos por otros muchos grupos de trabajo, nos permiten avanzar con éxito, pero despacio.

­¿Defiende que el tratamiento con células madre puede regenerar un órgano tan complejo como el corazón y, en concreto, el miocardio?

­En los últimos años han ido apareciendo decenas de estudios en esta dirección, y la mayoría de ellos, a pesar de las diferencias que se detectan en la metodología empleada, se saldan con resultados positivos, aunque discretos. Tan sólo hemos comprobado la existencia de un estudio belga en el que se obtienen unos resultados negativos, elevándose significativamente la tasa de reestenosis tras la implantación de células madre en modelos de IAM. Entre estos ensayos, me gustaría resaltar, por su novedad y anticipación, el firmado por el español Fernández-Avilés.

­Tal y como usted ha comentado, parece que no hay uniformidad a la hora de utilizar una metodología para investigar los posibles efectos de las células madre. ¿Qué forma de proceder están siguiendo en su grupo y qué resultados están alcanzando?

­En ratas con IAM procedemos a la aspiración de células madre de la médula ósea 3-5 días después de registrarse el evento. Después, se procede a trasplantar estas células, utilizando para ello inyecciones intracoronarias.

»Los resultados son esperanzadores. Básicamente, lo que muestran es una mejoría de la fracción de eyección ventricular izquierda. Además, en nuestra casuística no hemos documentado problemas de especial relevancia.

­Entonces, ¿se puede concluir que es posible estimular la regeneración del corazón tras un IAM?

­Ya no hay duda de que el propio corazón se puede regenerar. Ahora nuestro reto es encontrar los mecanismos adecuados a través de los cuales podamos ser capaces de estimular ese proceso de regeneración tras un infarto agudo de miocardio. Cuando conozcamos más profundamente los mecanismos intrínsecos de este proceso, habremos dado un paso crucial en su tratamiento.

­¿Estamos cerca de conseguir que los resultados que se están obteniendo en la práctica experimental pueden trasladarse con éxito a los pacientes?

­Aún faltan varios años para poder aplicar en la clínica las evidencias experimentales de la terapia regenerativa con células madre. Cuando dispongamos de los resultados de varios estudios de larga duración, que incluyen a un número elevado de pacientes, estaremos en condiciones de concretar los beneficios que podemos obtener. Estudios como el BOOST-2 nos ofrecerán claves importantes que, si son resueltas con éxito, nos llevarán a plantearnos ensayos más ambiciosos, en los que se planteen como objetivos primarios de estudio la mortalidad, la morbimortalidad o la tasa de reinfartos.