PEDIATRÍA
JANO.es · 24 agosto 2010
Esta técnica es capaz de detectar con precisión anormalidades y lesiones en los tejidos blandos del organismo.
Realizar resonancias magnéticas panorámicas de cuerpo (whole body MRI), una técnica capaz de detectar con precisión anormalidades en los tejidos blandos del organismo, puede ser útil en la detección de posibles caso de abuso infantil, según una investigación realizada por el Hospital Infantil de Boston y la Facultad de Medicina de Harvard, cuyos resultados se publicarán el próximo septiembre en American Journal of Roentgenology.
La resonancia magnética panorámica no usa radiación ionizante, pero sí campos magnéticos, pulsos de radiofrecuencia y un ordenador para producir imágenes detalladas de los órganos, tejidos blandos, huesos y virtualmente, todas las demás estructuras internas del organismo.
El diagnóstico de los abusos a menores depende en gran medida de la presencia de daños en el esqueleto, para cuya detección se recomienda realizar radiografías de todos los huesos del cuerpo, con el fin de visualizar las facturas, a menudo casi imperceptibles y muy específicas que se relacionan con los abusos infantiles.
Los moratones suelen ser la señal más común de que ha existido un abuso físico, pero el tejido subcutáneo y los daños musculares no suelen ser valorados con una técnica de imagen global en los niños vivos.
Resultados de la investigación
Los investigadores de este estudio observaron a 21 niños que fueron sometidos a esta técnica con el fin de evaluar si habían sufrido abusos. Una serie de radiografías óseas y los MRI totales identificaron un total de 167 fracturas o áreas del esqueleto con signos anormales.
Según Jeannette M. Perez-Rossello, líder del trabajo, "los resultados de este estudio revelaron que las resonancias magnéticas panorámicas de cuerpo no son capaces de detectar las clásicas lesiones metafisarias (que se producen por traumatismos o maniobras bruscas y violentas de estiramiento y torsión forzada de las extremidades) ni las fracturas de costilla".
Sin embargo, asegura esta investigadora, "descubrimos que (estas técnicas) pueden identificar daños en los tejidos blandos, como el edema muscular y la efusión articular (aumento de liquido en la articulación) que, en muchos casos, lleva a identificar fracturas adicionales".
"Aunque nuestro estudio indica que la whole-body MRI es, en la actualidad, poco idónea como herramienta de imagen esqueletal global primaria para detectar posibles casos de abuso infantil, podría ser útil como complemento de las series de radiografías óseas (skeletal survey) en casos concretos, sobre todo en relación a los daños en los tejidos blandos", concluyó.